La bacteria que come metal
Es una dieta extraña, hay que admitirlo. Pero, ¿quién es uno para juzgar a las bacterias? Todo empezó por la curiosidad del microbiólogo Jared Leadbeater. Regresó a su oficina luego de meses de viajar por trabajo y encontró algo extraño. Un compuesto de carbonato de manganeso recubría los objetos que había dejado en el fregadero. Fue la primera pista para descubrir a la bacteria que come metal.
«Pensé, ‘¿Qué es eso?’», cuenta Leadbeater, investigador del Instituto de Tecnología de California (Caltech). Se dio cuenta de que el manganeso se había oxidado: ahora era óxido de manganeso. Había perdido sus electrones. ¿Quién era el ladrón? «Comencé a preguntarme si unos microbios buscados durante décadas por la ciencia podían ser los responsables», afirma en Sciencealert.
Detectives de bacterias
Leadbeater y su equipo recubrieron más frascos con MnCO3 y esterilizaron algunos con vapor. Pero el compuesto de manganeso no se oscureció (incluso un año después). Por lo tanto, el «ladrón» debía ser algo que se destruyera con vapor caliente. Realizaron entonces análisis de ARN, que desveló que había 70 bacterias. Se descartó la mayoría hasta quedarse con dos posibles culpables.
En concreto, eran bacterias: Nitrospirae y Betaproteobacterium. Se sabe que los familiares de ambas especies de bacterias viven en aguas subterráneas. «Aislamos Betaproteobacterium de los óxidos alterados como colonias individuales. Esta especie no oxidó el MnCO3 solo. O Nitrospirae es el único responsable de la oxidación de Mn o la actividad es consorciada», dice el estudio. Se publicó en «Nature».
Los investigadores utilizaron manganeso marcado con carbono 13 en algunos de sus cultivos. La bacteria incorporó estos isótopos de carbono en sus cuerpos. Esto confirmó que las bacterias sospechosas eran autótrofas. Es decir, pueden producir sus propios alimentos utilizando una fuente de energía. En este caso, las bacterias estaban usando la energía de los electrones de manganeso para convertir el CO2 en carbono utilizable. Como las plantas usan la luz solar para convertir el CO2 y el agua en azúcares y oxígeno durante la fotosíntesis.
La verdad en las cañerías
Este proceso se llama quimiosíntesis. Se sabe que ocurre usando otros metales, pero es la primera vez que el manganeso es la fuente de combustible. Este elemento tiene una extraña tendencia a obstruir las tuberías de agua.
«Existe un conjunto completo de literatura de ingeniería ambiental sobre sistemas de distribución de agua potable que se obstruyen con óxidos de manganeso -afirma Leadbetter-. Pero cómo y por qué motivo se genera dicho material es un enigma. Se creía que las bacterias que usan manganeso como energía podrían ser responsables. Ahora tenemos la evidencia».
La bacteria que come metal podría resultar útil para la producción de óxido de manganeso. Los parientes cercanos de estas especies parecen estar presentes en muchos lugares. Podrían generar cantidades equivalentes a las reservas mundiales en solo dos años. Quién sabe: en el futuro, se hablará, tal vez, de óxido de manganeso “hecho en bacteria”.