¿Y si un imperio africano inventó los Derechos Humanos?
Solemos pensar como la Carta Magna como el primer documento para referirnos a cualquier tipo de derecho humano; sin embargo, la » Carta Kurukan Fuge», también conocida como la «Carte Mande» es coetánea y, de acuerdo con un investigador, puede ser incluso anterior.
En 2009 se añadió a la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO. Pero la carta no se escribió en su lugar, se transmitió oralmente de una generación a la siguiente, prolongándose durante siglos, siendo una muestra de la tradición oral caracter´sitica del África Occidental.
La mayoría de los estudios históricos aprendidos en nuestra sociedad enseña poco sobre los reinos de África, salvo, quizá, el antiguo Egipto, una de las civilizaciones más influyentes de la historia. No se habla mucho del reino de Kush, del reino de Axum, la Tierra de Punt, el Imperio Mali, el Imperio Songhai, y el reino de Zimbabwe.
Coincidiendo con el nacimiento del Imperio Mali, nació la Carte Mande. En algún momento en el año 1.200, fue pronunciada por primera vez por un guerrero llamado Sundiata Keita, que llamó a la rebelión al pueblo africano y aplastó a las fuerzas soberanas, consolidando el imperio.
Kurukan Fuge, que significa «intercambio de información sobre una roca dura», se sitúa hoy en día entre lo que hoy es Guinea y Mali, lugar donde Keita reunió a un grupo de hombres sabios, jefes de distintos clanes. Entre estos se incluía Sumanworo Kanté, emperador de Sosso, al que recientemente había derrotado. Después de la declaración de los Derechos Humanos, se transmitió oralmente a través de los griots o bardos, los narradores de la región y guardianes de la cultura.
Los registros también hablan de una ‘Constitución’ de siete capítulos que habla de la paz social, la santidad, los derechos de la mujer, la educación, la seguridad e incluso la libertad de expresión. El objetivo era proporcionar paz y estabilidad social, abogando por la diversidad y tratando de abolir la esclavitud.
El emperador Keita, después de haber asentado su poder, expandió su territorio y fortificó su comercio. Su clan, el mandinga, pronto controló el territorio de la costa de la actual Mauritania hasta el río Níger. Estos extendieron sus leyes, idioma y costumbres en todo el África Occidental durante la duración del imperio, desde 1235 hasta 1645.