Hace dos décadas nada menos que 28mil patitos de goma acabaron en el mar flotando tras la caída del contenedor que los contenía, aun siguen llegando a distintas playas del mundo.
El 10 de enero del año 1992 una sorpresiva tormenta hizo que el buque que transportaba esta carga perdiera el contenedor que contenía estos patos de goma y otros juguetes, estos acabaron en el agua quedando indefensos ante las corrientes marinas y dispersándose por todos los mares del mundo.
Tras más de 20 años estos patos siguen llegando a las playas entre basura y animales sin vida, la mayoría de ellos han cruzado el mundo antes de llegar hasta su destino, sus destinos más comunes son; los litorales de Alaska, Hawái, Sudamérica, Escocia e incluso en los desiertos de hielo del Ártico.
A parte de ser un objeto muy deseado por coleccionistas ha sido una gran ayuda para los oceanógrafos, ya que les ha permitido saber más sobre las corrientes marinas circúlales o giros oceánicos
