Siempre se ha oído decir que los gatos son muy independientes e incluso ariscos frente a caricias o mimos pero no es muy habitual oír que, además, algunos son muy agresivos, y sin embargo, ocurre con más frecuencia de lo esperado.
El último caso de un gato violento ha sucedido en la ciudad de Portland (EEUU). En la noche del domingo los servicios de emergencia recibieron una llamada de una familia atemorizada por su mascota. La pareja se había encerrado junto a su bebé y al perro en una habitación después de que el gato sin motivo alguno atacara al menor.
Al través del teléfono, según han explicado los teleoperadores, se podía escuchar al gato bufar rabioso.
Cuando los agentes llegaron a la casa se encontraron con un gato de 10 kilos descontrolado por lo que utilizaron un aparato utilizado habitualmente para capturar perros para atraparlo.
Una vez capturado, la familia salió de su refugio improvisado y confesó que ya había tenido algún otro ataque violento, sin embargo, decidieron quedárselo.
La agresividad en los gatos suele ser el segundo de los problemas de comportamiento felino siempre y cuando la agresividad se manifieste con frecuencia, según los expertos. Un gato que es agresivo es un animal peligroso y con el que es difícil convivir, porque además del peligro que representa para los propios integrantes de la familia, el gato también suele manifestar su violento comportamiento con todo aquel que pasa por la puerta de su vivienda.
No todos los gatos demuestran su carácter de la misma manera, algunos bufan e intentan relacionarse lo menos posible, pero otros atacan agresivamente.
A veces, estas reacciones no se tienen en cuenta sin embargo los expertos insisten en que cualquier manifestación de agresividad que se presente con frecuencia debe ser estudiada por un veterinario o etólogo (científico que estudia el comportamiento de los animales).
