¿Por qué se llama montaña rusa a una atracción?
A muchos nos gustan las montañas rusas; ese conjunto de emociones encontradas a la hora de esperar para subir, ese camino que se hace eterno a la hora de encarar la subida más alta… y ese subidón de adrenalina que nos hace alucinar cuando bajamos a toda velocidad.
¿Puede parecer una montaña? Bueno, a lo lejos, sí que es cierto que se ve como tocan el cielo, ¿pero qué tiene de rusa una atracción?
El nombre de montaña rusa se debe a Catalina la Grande, llamada también Catalina II de Rusia, emperatriz del país del este de Europa durante treinta y cuatro años hasta que falleció el año 1796. La esposa del zar Pedro III, que por lo visto tenía un aburrimiento considerable, era asidua a lanzarse sobre un cajón de madera por las laderas de las montañas, a modo de trineo, y al que le añadía unas ruedas en verano para continuar con su diversión en época estival.
Esta peculiar, por entonces, diversión se fue extendiendo hasta que en 1884 llegó el primer boceto de montaña rusa. El americano Marcus A. Thompson construyó aquel año el primer simulador mecánico de este entretenimiento en la ciudad de Nueva York. La atracción consistía en dos vías metálicas situadas paralelamente sobre una inclinación por la que discurría una vagoneta con pasajeros, que era arrastrada manualmente hasta el punto más alta para soltarla y que actuase la gravedad.
Y a ti, ¿te gustan las montañas rusas? ¿Tienes alguna favorita?