En un primer momento, Hulk iba a ser de color gris, pero debido a problemas de imprenta, se le cambió el color a verde
Como tantos otros iconos de la factoría Marvel (Los 4 Fantásticos, Spiderman, X-Men…), Hulk nació de la mano del guionista Stan Lee y el dibujante Jack Kirby. En mayo de 1962 se publicó en los kioskos estadounidenses el nº1 de The Incredible Hulk, un personaje basado en la clásica dicotomía entre el Dr. Jekyll y Mr. Hyde, encarnada ahora en el profesor Bruce Banner, un científico sosegado, intelectual y apacible que se transforma, en situaciones de extrema tensión, miedo o ansiedad, en la criatura conocida como Hulk (que en las primeras ediciones españolas del cómic fue apodada como La Masa, nombre con el que los lectores ibéricos más veteranos recuerdan al personaje). Hulk se caracteriza por su exagerada corpulencia (que siempre destroza en la transformación la ropa de su alter ego, quedando vestido con apenas un jirón de pantalón), sus extraordinarias capacidades físicas (puede parar un misil con el pecho, resistir con sus manos el peso de una montaña, sobrevivir sin oxígeno bajo el agua o en el espacio, o recorrer cientos de kilómetros en espacios breves de tiempo gracias a sus prolongados saltos) y su escasa inteligencia (instintiva e infantil).
Pese a que en un principio iba a ser de color gris, un error de imprenta en la primera tirada del cómic quiso que su piel se tiñera de verde para siempre. La colección cerró en su sexto número, pero el monstruo se resistiría a desaparecer y sobrevivió a base de cameos en diversas colecciones de la Casa de las Ideas, llegando a ser miembro fundador del supergrupo conocido como Los Vengadores junto a Ironman, La Avispa, El Hombre Hormiga (luego Hombre Gigante) y Thor. No fue hasta que llamaron a Kirby para anunciarle que la criatura había sido escogida como mascota de su facultad que sus coautores no encontraron el público potencial de la publicación: los universitarios. De este modo, el título fue relanzado, cosechando altas cuotas de éxito. Casualmente, de sus páginas nació uno de los mutantes más conocidos y rentables del clan X: Lobezno, que se presentaba como un agente del gobierno canadiense cuya misión era pararle los pies al grandullón, y que distaba bastante del macarra con alma de samurai y esqueleto de adamantium del que se enamorarían los lectores en años posteriores.