Es la principal celebración de cristianismo. Uno pensaría que rememora un momento cumbre de su desarrollo. Una fecha única e irrepetible. Si es lo que piensas, tal vez no conozcas el rito pagano que dio origen a la Navidad.
Adoptando costumbres
Todo empezó con las saturnales. El rito con el que en el Imperio romano se le daba la bienvenida al invierno. «La elección del 25 de diciembre como el nacimiento de Jesús no tiene nada que ver con la Biblia. Fue una elección bastante consciente y explícita. Se usó el solsticio de invierno para simbolizar el papel de Cristo como la luz del mundo». Es lo que dice Diarmaid MacCulloch, profesor de historia de la Iglesia en Oxford.
«Iban a aceptarse mejor las nuevas creencias si no chocaban con las antiguas costumbres no cristianas», agregó.
Las saturnales, el rito pagano que dio origen a la Navidad, era un festival romano. Celebraba lo que ellos llamaban «el renacimiento» del año, cuando se cumplía el solsticio de invierno. En el calendario juliano se celebraba el 25 de diciembre. Pero la fiesta comenzaba ocho días antes, el 17 de diciembre. Allí se invertían las normas que gobernaban ordinariamente. Los hombres iban vestidos de mujer y los amos vestidos de sirvientes… entre otras convenciones a la inversa. Las casas se decoraban con vegetación, se encendían velas y se entregaban regalos. ¿Te suena conocido?
Carnaval y relajo
«Esta celebración se hacía en honor del dios Saturno. Se relajaba el orden social en una atmósfera de carnaval». Lo señala la historiadora australiana Marguerite Johnson. Cuenta que Saturno era la principal deidad para los romanos. «Era el dios del tiempo, de la agricultura y las cosas sobrenaturales».
«Como parte de las fiestas, los romanos intercambiaban regalos. Velas, pantuflas de lana, gorros y hasta calcetines. Y lo hacían entre familias, mientras los esclavos disfrutaban de su tiempo libre».
Había otra celebración. Era el «nacimiento del sol invicto o no conquistado» (Natalis Solis Invicti). Se celebraba cada 25 de diciembre, de acuerdo con varios documentos de la época romana.
Hacia el final de la era romana, la Navidad ya formaba parte del calendario romano. Fue un proceso gradual, según señalan los historiadores. Tuvo que ver con una hibridación o amalgama de tradiciones.
Oficializando
«Los cristianos se adaptaron a esos ritos establecidos y los volvieron propios», anota Johnson. Ya en el siglo IV se dejó todo por escrito. Entre los años 320 y 353, el papa Julio I fijó la solemnidad de Navidad el 25 de diciembre. Tal vez como una estrategia para convertir a los romanos.
En el año 449 el papa León I estableció esa fecha para la conmemoración del nacimiento de Jesús. Y el emperador Justiniano en el 529 la declaró fiesta oficial del imperio. Entonces comenzó a darse por sentado que Jesús había nacido en diciembre.
Pero en algún momento los historiadores rescataron la verdad. Desde entonces se viene buscando cuál es la fecha exacta de nacimiento de Jesús. Algunos historiadores ubican a mediados de marzo o principios de abril.
Pero lo cierto es que la influencia es muy fuerte. Y seguiremos celebrando con regalos, fiestas y encuentros familiares cada 25 de diciembre.
