Desde el pasado jueves el patito de goma ya ocupa un lugar en el Salón de la Fama del Juguete. A esta llamada generación 2013 del salón también se unió el juego del ajedrez. 
La pelea por un puesto en el salón no fue fácil. Ambos tuvieron que derrotar a otros 10 finalistas: burbujas, el juego de mesa Clue, Little People de Fisher-Price, los pequeños soldaditos verdes, Magic 8 Ball, Mi Pequeño Pony, juguetes Nerf, el videojuego Pac-Man, las Tortugas Ninja Adolescentes Mutantes y la patineta.
Las encuestas, realizadas por internet, tenían como favoritas a las Tortugas Ninja y a Mi Pequeño Pony, pero al final el comité nacional de selección, formado por 23 expertos entre los que estaban coleccionistas, diseñadores y psicólogos, designaron a los ganadores.
«Los dos juguetes incorporados… son ejemplos fantásticos de los dos extremos del mundo del juego», explicaba Christopher Bensch, vicepresidente de colecciones de The Strong Museum, lugar en donde se encuentra el Salón del Juguete, que cuenta ya con 15 años. «Uno es muy estratégico. Se conduce por las reglas. Es algo que juegan los adultos y tratan de resolver», apuntaba Bensch, «y en el otro extremo está un juguete que es pura diversión. No tiene reglas. Nadie gana ni pierde. Uno lo aprieta, lo pone a flotar; es tan trivial, tan divertido».
Cualquier persona puede proponer un juguete para que forme parte del salón de la fama pero para que pueda llegar a ser seleccionado e incluso finalista debe cumplir unas normas: haber alcanzado el estatus de icono, haber traspasado generaciones, fomentar el aprendizaje, la creatividad y/o el descubrimiento y haber cambiado el juego o diseño del juguete.
