Mill Ends Park se proclama como el parque más pequeño del mundo, y es que en sus 0.3 metros cuadrados no entran columpios, fuentes ni estanques con patos, hay un pino y gracias.
Su punto fuerte es el bajo consumo de agua que tiene a lo largo de los 365 días del año, lo malo es que no puedes ir a visitarlo con la familia, o si pero te tienes que quedar fuera.
Se creó cuando Dick Fagan miraba por la ventana, intentando encontrar una historia que contar ya que era columnista de un diario de Oregón, observo un hueco en la calle, el cual estaba destinado a albergar un poste de luz, pero paso el tiempo y el poste nunca llego, así que viendo como las malas hierbas se apoderaban del hueco decidió reemplazarlas por unas cuantas flores.
En su columna escribió que en el hueco había un pequeño duende travieso llamado Patrick O´Toole, quien le concedió un deseo, a lo que Dick respondió un parque, pero no especifico el tamaño, por lo que el duende le dio un parque de esas dimensiones.
En el año 1976 obtuvo su certificación como parque de la ciudad.
