El origen de la leyenda del Yeti
El abominable hombre de las nieves
Fue una expedición británica de reconocimiento al Monte Everest, en 1921. A su retorno, le dijeron al periodista Henry Newman que vieron grandes huellas en la nieve. Pensaban que era de lobo. Pero los lugareños contaron que eran del legendario metoh-kangmi. Se traduce algo como «hombre-oso muñeco de nieve». Así fue el origen de la leyenda del Yeti.
Newman inventó un buen nombre para las noticias. Lo llamó el abominable hombre de las nieves. Pronto la leyenda se globalizó. Se dice que es un bípedo peludo, parecido a un simio, muy alto y fuerte. Se lo representa con cabello blanco para mezclarse con el paisaje cubierto de nieve.
Interés oficial de USA
En 1951, unos escaladores vieron en la misma zona huellas extrañas. Recorrían 1,6 kilómetros a una altura de más de 4.500 metros. Tomaron fotos; las huellas eran casi dos veces más ancha que la de un humano. Se convirtieron en íconos de la fascinación del siglo XX por el Yeti. Los cuentos tradicionales de la región del Himalaya se refieren al Yeti como un espíritu del glaciar que traía fortuna a los cazadores. También como una criatura que asustaba a la gente para que no se aventurara demasiado en las montañas.
Pero la leyenda es más antigua. Cuentan que cuando Alejandro Magno irrumpió en el subcontinente indio en 326 a.C. exigió ver uno. Pero los lugareños se negaron a mostrárselo, alegando que no sobreviviría en altitudes bajas. La leyenda se convirtió en parte de la mitología budista a medida que la religión se extendía por la región.
En 1959, la embajada de Estados Unidos en Katmandú se sumó a la fiebre. Comunicó oficialmente lo siguiente: «En caso de que se localice al ‘Yeti’, se le podrá fotografiar o capturar vivo. No se le debe matar ni disparar. Excepto en una emergencia que surja de defensa propia».
Híbrido de oso
En 1986, el físico inglés Anthony Wooldridge afirmó haber visto un Yeti a sólo 150 metros de él y logró tomar fotografías. Han sido comunes relatos de segunda mano igualmente cuestionables sobre avistamientos de Yeti. Todos los análisis científicos y la desacreditación de las afirmaciones no extinguen la fascinación por el Yeti.
En 2013, el genetista de la Universidad de Oxford, Bryan Sykes, hizo un exhaustivo análisis y llegó a una conclusión. Dice que era un híbrido de oso. Tal vez el oso azul tibetano o del oso pardo del Himalaya.
Es poco probable que estos hallazgos convenzan a todos. El origen de la leyenda del Yeti se explica por la fascinación que tenemos por los animales míticos. El Monstruo del lago Ness y Pie Grande son ejemplos.
El Yeti representa las maravillosas incógnitas de la Tierra. Y eso no se romperá simplemente por la falta de pruebas definitivas.