El hombre que lleva criogenizado 57 años
La historia de James Bedford
Cuando Walt Disney murió, empezó un rumor. Decían que se había congelado para revivir en el futuro. Pero si el rumor era pura fantasía, ciertos hechos reales le dieron realce. La historia del hombre que lleva criogenizado 57 años a la fecha es uno de ellos.
En 1967, víctima de un cáncer renal, falleció un hombre llamado James Bedford, profesor de psicología. Fascinado con las nuevas teorías de criogenización, se ofreció como voluntario. La primera organización en el mundo dedicada a la criopreservación era la Life Extension Foundation (LES). Quería promover sus actividades y ofreció congelar de forma gratuita a un voluntario.
Esperando la vida
Hubo varios, pero los familiares se opusieron. En cambio, Bedford vivía en un asilo de ancianos y nadie lo visitaba. Los primeros pasos del procedimiento se realizaron en el mismo asilo donde había exhalado su último suspiro. El tiempo transcurrido entre la muerte y el congelamiento fuera mínimo. El cuerpo fue metido en un gran recipiente con hielo seco. También se lo conectó a una máquina de respiración artificial.
“Inmediatamente, le inyectó la heparina para impedir la coagulación de la sangre. Se aplicó la respiración artificial y masaje externo para mantener en circulación la sangre oxigenada”, explicaron. Esperaban conservar las células del cuerpo y el cerebro.
Con el cadáver ya completamente congelado, más tarde se lo introdujo en un tanque con nitrógeno líquido. Solo quedaba esperar décadas o siglos a que la tecnología avanzara para revivirlo. Con el correr del tiempo, Bedford empezó a tener compañía. Otros ocho voluntarios repitieron el proceso. Pero una falla en la bomba de vacío descongeló todos los nuevos cuerpos. El cadáver congelado de Bedford quedó a salvo.
Daño irreversible
El último examen que le hicieron al cuerpo fue en 1991. Se lo trasladó de una criocápsula original a una más moderna sin que sufriera daños. El hombre que lleva criogenizado 57 años tiene ahora más compañía. Otros 147 “pacientes” esperan (o no) un milagro. Pero lo cierto es que para Bedford no hay futuro. El precario proceso al que fue sometido su cuerpo dañaron su cerebro para siempre.
Aun así, se lo conserva intacto, como un símbolo. Por su condición de pionero de la criogenización, todos los 12 de enero se lo recuerda. La Fundación Alcor Life Extension celebra el “Día James Bedford”.