Empezó en 1879. Es uno de los más largos en la historia de las ciencias biológicas. Lo inició el botánico William J. Beal para determinar cuánto tiempo puede perdurar una semilla y seguir siendo viable para germinar. La estafeta de su misión ha pasado entre varios guardianes. El experimento que lleva 145 años continúa y se espera que concluya el 2100.
Espartanos
Lars Brudvig es uno de los selectos científicos del grupo actual. Desenterró una de las botellas con semillas el 2021. Las sembró y estas germinaron. William J. Beal era un científico botánico en el Colegio de Agricultura de Michigan. Buscaba eliminar las malas hierbas.
Este tipo de maleza parecía crecer sin control y en aquella época de finales del siglo XIX. Tomaba mucho tiempo librarse de esta planta. Beal se planteó investigar cuánto tiempo podían perdurar las semillas de malas hierbas en el subsuelo.
Llenó 20 botellas de cristal con 50 semillas de 23 especies de mala hierba. Las enterró boca abajo -para evitar la entrada de agua- en terrenos de la Universidad Estatal de Michigan. Y para no olvidarse de la ubicación exacta, hizo el mapa. El plan inicial era desenterrar cada 5 años una botella para ver si las semillas eran viables. Luego se amplió a 10 años.
Conforme han pasado las décadas, siete han sido los custodios del experimento. Se hacen llamar los “espartanos”. Resguardan las botellas en un sitio lejos de la vista de los curiosos. “Utilizamos un mapa para triangular el lugar a través de puntos de referencia clave”, dice Brudvig.
Larga vida
Luego de casi 150 años, algunas semillas siguen germinando. Brudvig dice que las semillas que tienen son como la princesa Aurora, del cuento «La Bella Durmiente». “Las semillas latentes están vivas, pero ‘dormidas’ y esperando el estímulo adecuado antes de despertar (germinar)”, explica. “Pueden sobrevivir en estado latente durante periodos de tiempo variables», continúa.
El grupo es muy cuidadoso con el manejo de las semillas para tener resultados consistentes. Desentierran las semillas de noche para evitar que la luz del sol influya de alguna manera. Y en los laboratorios son capaces de generar condiciones del entorno natural. El experimento que lleva 145 años continuará hasta la última botella. ¿La mala hierba nunca muere, como dice el dicho?
