El antimeridiano: la línea que divide el tiempo en dos
Existe un lugar en la Tierra muy especial: el antimeridiano o Línea Internacional del Cambio de Fecha. Imagina estar en una playa, contemplando el mar, y darte cuenta de que puedes observar el pasado. ¿Cómo es esto posible? Pues bien, si te encuentras en esa playa un lunes por la mañana, recorriendo unos pocos kilómetros mar adentro, te encontrarás en la mañana del domingo. Este fenómeno ocurre debido a esta línea imaginaria que marca en el mismo momento dos días diferentes en el calendario.
¿Qué es el antimeridiano?
Para estandarizar la medición horaria en todo el globo terráqueo, se realizaron divisiones imaginarias del planeta. Como el día tiene 24 horas, dividimos el globo en 24 porciones siguiendo los meridianos. De esta forma, en cualquier sitio del planeta que nos encontremos, el sol estará a determinada altura a la misma hora.
Por esta razón, existen los diferentes husos horarios. Si nos desplazamos hacia el este, las horas se van sumando. Por el contrario, si nos desplazamos hacia el oeste, las horas se restan.
Para determinar el horario, se toma como base una línea imaginaria que une los dos polos. Se trata del meridiano de Greenwich, a partir del cual se restan horas hacia el oeste y se suman hacia el este, siempre tomándolo como punto de partida.
Sin embargo, existe un meridiano que es el exactamente opuesto al de Greenwich y es el meridiano 180º. Esta línea imaginaria es el antimeridiano, y es la continuación del meridiano de Greenwich al otro lado de la Tierra. Es reconocida como la línea internacional del cambio de fecha.
Si pudiéramos pararnos encima de ella y alzar los brazos en forma de T, un brazo estaría en lunes por la mañana y el otro en domingo a la misma hora. Hacia el oeste sería lunes y hacia el este sería domingo.
La línea internacional del cambio de fecha
No se trata de una línea recta como es el imaginario meridiano 180º. Si la línea la trazamos comenzando por el Polo Norte, se mantiene recta hasta una isla perteneciente a Rusia. Allí, se mueve al este abarcando toda Rusia. La línea, entonces, pasa por Alaska, que separa Rusia de Estados Unidos.
Allí se encuentran dos islas, Diomedes y Little Diomedes. La primera pertenece a Rusia y la segunda a Estados Unidos. Si se cruzan los 3,8 kilómetros que separan las islas, se podría decir que se viaja en el tiempo, al menos un día. La nadadora de aguas abiertas Lynn Cox, en 1987, unió las dos islas nadando. El tiempo que demoró en hacer el cruce fue de dos horas y cinco minutos, aunque si nos fijamos en el calendario, tardó un día.
Desde Alaska, la línea se desplaza hacia el oeste atravesando las islas que pertenecen a Rusia. De allí, recorriendo el meridiano 180º, llega a la Polinesia. Según las divisiones políticas de las numerosas islas y naciones que allí se encuentran, la línea vuelve a trazar con su recorrido un verdadero zigzag. Luego, describe una amplia curva para atravesar las islas Kiribati, que dependen por razones económicas de Nueva Zelanda, país del que toman su horario.
Una vez que la línea pasó por otras islas como Fiji, Samoa, Tuvalu o Tonga, recién retoma el meridiano 180º hasta llegar a la Antártida.