Descubren el caso más antiguo de infección parasitaria
Una autopsia realizada a una momia del siglo XVII descubierta en una tumba en Corea del Sur ha revelado el primer caso conocido de parásitos hepáticos en un ser humano; esta infección podría haberse dado mientras se intentaba curar de otra enfermedad.
El cuerpo es de un hombre llamado Jing Lee, que murió el año 1642 a la edad de 63 años. Jing vivió durante la dinastía Joseon, durante la cual los muertos fueron momificados de una manera que mantenía los cuerpos en un estado de conservación casi perfecto, aunque aún no se sabe con con exactitud con qué métodos se realizó estas momificaciones.
Después de obtener los permisos correspondientes, la Facultad de Medicina de la Universidad de Dankook analizó el cadáver de 375 años con un escáner para mirar sus órganos internos. Además de descubrir que están aplastados de un lado, muy probablemente como resultado de la gravedad, también detectaron una gran masa dentro del hígado.
El equipo eliminó este elemento y encontró que tenía un gran número de huevos de parásitos. La investigación, publicada en Journal of Parasitology, muestra como pudieron identificarlos como Paragonimus westermani, que normalmente los humanos solemos infectarnos tras alimentarnos de crustáceos de agua dulce. Cuando se consumen, estos parásitos penetran a través de la pared intestinal y en la cavidad peritoneal. A partir de ahí, pasa por el diafragma hacia los pulmones, o se dirige al hígado, como en el caso de esta momia.
Este hecho significa que el cadáver sufrió de paragonimiasis hepática cuando finalmente falleció, siendo el caso más antiguo conocido de la enfermedad. Los síntomas incluyen fiebre, dolor abdominal y diarreas.
La ironía de este caso es que pudo haber contraído la enfermedad tras comer marisco crudo como recomendación médica. En el momento de la muerte de Jing Lee, el consumo de crustáceos crudos y cangrejos era muy común en la cultura Joseon, ya que los médicos de aquellas épocas creían que beber sus jugos era una forma eficaz de tratar el sarampión.
Aunque no hay pruebas que muestren que King hubiera estado sufriendo de sarampión, los investigadores especulan que podría ser el culpable por el cual adquirió esta infección parasitaria.
Cuatro siglos más tarde, la gente sigue infectándose por el Paragonimus westermani; se cree que 22 millones de personas se infectan cada año en el mundo, la gran parte en el sudeste asiático.