El ciclista y periodista Thijs Zonneveld ha contratado a un grupo de ingenieros para construir nada menos que una montaña artificial en las nederlanden, las tierras de los Países Bajos al este de Holanda que, si por algo destacan, es por ser unas extensísimas llanuras en las que, como mucho, asoma alguna pequeña colina.
Los comentarios del público y del mundo de los ingenieros, diseñadores y constructores fueron tan positivos que un grupo de cerca de ochenta profesionales se ha comprometido a trabajar las en el proyecto que tiene como principales pilares la sostenibilidad, la innovación y el deporte.
La montaña contará con grandes piezas tan huecas, es decir, su arquitectura sería mas parecida a un edificio que un montón de arena (como sería el caso de una montaña natural). Se pretende, pues, que de margen para la producción a gran escala de agua, alimentos y energía dentro de un marco sostenible.
Para el cultivo de alimentos PlantLab ha desarrollado un sistema para el desarrollo de alimentos en espacios cerrados, es decir, sin la luz del sol.
Se estima que el proyecto estará concluido para 2018, y aunque los técnicos neerlandeses no pretenden competir con los Alpes ni con los Pirineos, esperan que su montaña tenga la altura suficiente para contar, por ejemplo, con pistas de esquí y molinos de viento que produzcan energías renovables. El proyecto tendrá un coste de 200.000 millones de euros y contará con contribuciones voluntarias de casi un centenar de empresas, bancos, universidades, arquitectos, expertos en transporte, ingenieros y geólogos.
La montaña holandesa cuenta con una página web para que la gente pueda estar al día con todo lo relacionado con el proyecto, así como compartir sus ideas u opiniones relacionadas sobre la montaña. Además cuenta con un sistema de compraventa de certificados oficiales de estudio, el «certificado oficial de la Fundación de Estudios de Factibilidad Die Berg Is Coming.» que cuesta 50 euros y se constituye una bonificación del 25 por ciento del proyecto.
