Bagnoregio: la ciudad que muere
Bagnoregio es una localidad italiana ubicada en la región de Lazio, provincia de Viterbo, y es considerada uno de los rincones más bellos de Italia. Fundada por los etruscos hace 2.500 años, con apenas unos pocos habitantes (que aseguran no llegan a 10) y con un aspecto que no ha cambiado con el paso del tiempo, Bagnoregio es más bien una reliquia en lo alto de una colina amesetada.
El paisaje de Bagnoregio, se caracteriza por sus colinas «tufaceas», montañas de tierra de un color muy similar a la arena del desierto. A la distancia se ve como una desolada isla puntiaguda de toba volcánica roja que emerge del “mar blanco” de arcilla del Valle de Calanchi. Curiosamente, la única vía que conecta Bagnoregio con el exterior es un estrecho puente por el que no pueden pasar coches, así que únicamente se puede acceder al pueblo caminando.
Entre aguas termales, lagos volcánicos y restos de antiguos asentamientos etruscos y romanos, Bagnoregio, corona una colina arcillosa de más de 400 metros de altura. Bautizada como «la ciudad que muere», la lluvia y el viento la han ido erosionando y ha ido perdiendo altura; de hecho, según las predicciones de los expertos, el pueblo se irá desmoronando lentamente hasta desaparecer si no se toman medidas.
Este pequeño pueblo cuenta asimismo con un par de bares y 3 restaurantes, pues su nombre, la ciudad que muere, ha sido motivo suficiente para convertirla, gracias al “boca a boca”, en centro de peregrinación de turistas de todo el mundo.