No todas las empresas comenzaron ofreciendo el mismo servicio con el que se hicieron millonarias y lograron crear un “imperio”. Las empresas que menos te esperas, las más grandes reconocidas mundialmente, comenzaron desde abajo, ofreciendo servicios totalmente diferentes a los que ofrecen en la actualidad.
Si piensas en Samsung, lo primero que se te pasa por la mente es tecnología, móviles, televisiones… Pues bien, Samsung se creó en 1938, año en el que comenzó exportando comida: verduras, frutas y pescado.
Peugeot, una de las marcas líderes automovilísticas, tiene un origen mucho más normal. Exportaba máquinas de coser, al igual que una de sus compañeras y contrincantes, Opel, que después continuó su andadura con la fabricación de bicicletas, hasta llegar a los coches.
Suzuki, otra marca de coches, se dedicó en un principio a fabricar telares hasta que en 1951 la industria del algodón fracasó y decidió lanzarse a la fabricación de automóviles.
Relacionada con el mundo del automóvil, la clásica Nokia fabricaba neumáticos antes de convertirse en una de las marcas de teléfonos móviles más vendidas a nivel mundial.
Orbea, el mayor referente de producción de bicicletas, comenzó su andadura produciendo nada menos que 80.000 pistolas al año.
