¿Desde cuándo sabemos hacer vino?
Arqueólogos de la Universidad de Toronto y del Museo Nacional de Georgia han descubierto la evidencia más temprana de la elaboración de vino: hace unos 8.000 años, alrededor del 6.000 a.C.. Hasta ahora, la evidencia más antigua del vino databa del 5.000 a.C., en la actual Irán. Eso significa que hacemos vino 1.000 años antes de lo que se creía.
El descubrimiento fue localizado en dos antiguos pueblos neolíticos, Gadachrili Gora y Shulaveris Gora, en el sur de la actual Georgia. Los arqueólogos desenterraron un montón de fragmentos de alfarería de cerámica y los entregaron a los científicos para su análisis químico.
Usando la última tecnología de extracción química, los investigadores descubrieron rastros de ácido málico, ácido succínico, ácido cítrico y ácido tartárico, compuesto clave para identificar la presencia de uvas y vino.
«La versión domesticada de la uva tiene más de 10.000 variedades en todo el mundo«, afirma el coautor del estudio Stephen Batiuk. «Georgia es el hogar de más de 500 variedades de vino, lo que sugiere que en la zona han sido domesticadas y cruzadas durante muchísimo tiempo».
El Neolítico comenzó alrededor del 15.200 a.C., en Medio Oriente, y finalizó entre el 4.500 y el 2.000 a.C.. Fue un tiempo profundamente revolucionario en el que los humanos se alejaron de la caza y la recolección hacia la agricultura y el asentamiento, y con el tiempo montaron las bases de las primeras grandes civilizaciones de la Tierra.
«Fuera como medicina, como cohesión social, o como un producto que altera la mente, el vino se convirtió en foco de cultos religiosos, farmacopeas, cocinas, economía y sociedad en todo el antiguo Cercano Oriente», afirma Stephen Batuik.
«La gama infinita de variedades de uva actual es el resultado final de la mezcla eurasiática domesticada que se trasplanta y cruza con otras variedades silvestres de otros lugares una y otra vez», dice. «La vid eurasiática que ahora representa el 99,9% del vino producido en el mundo tiene sus raíces en esta zona«.