La última orca criada en el cautiverio de SeaWorld ha fallecido este 25 de julio, con solo tres meses de edad. Kyara es ya la 40ª orca que fallece bajo esta organización y la tercera en los últimos 18 meses.
SeaWorld terminó su programa de cría de orcas en marzo de 2016. Es probable que la madre de Kyara, Takara, acabara de quedarse embarazada cuando el parque acuático decidió tomar la decisión, ya que el período de gestación de una orca varía de los 12 a los 15 meses.
La causa exacta de la muerte aún no se conoce y los resultados de la autopsia podrían tardar varias semanas en completarse. Sin embargo, la pequeña estaba siendo tratada por un grave caso de neumonía los días anteriores de su muerte. SeaWorld afirma que la neumonía no tiene nada que ver con su vida en cautiverio, diciendo que «es la causa de mortalidad y enfermedad más común tanto en las instalaciones silvestres como en los parques zoológicos».
El programa de cría ha sido clausurado tras las protestas de la opinión pública. Gran parte de esto fue gracias a la emisión del documental «Blackfish», nominado al premio BAFTA, que puso de manifiesto los problemas éticos de mantener a las ballenas en cautiverio; la empresa se comprometió a eliminar gradualmente sus polémicos espectáculos con orcas y reemplazarlos por experiencias más educativas. Pero la reciente noticia del fallecimiento de Kara parece haber avivado el fuego entre los activistas de los derechos de los animales.
«SeaWorld es una locura, y continúa diciendo que sus orcas están sanas a pesar de que ya hay un largo historial de enfermedades y muertes», afirma John Hargrove, un ex entrenador de orcas del parque acuático que aparece en el documental. Agregó que «es un insulto absoluto para cada uno de nosotros que se siga diciendo que los animales están sanos, ya que están muriendo enfermos delante de nuestros ojos».
