En el siglo XVIII Suecia tenía un calendario único, diferente al gregoriano y al juliano
En el siglo XVIII Suecia tenía el calendario juliano, pero iba a adoptar paulatinamente el calendario gregoriano. Para ello, a partir de 1700 iba a omitir un día cada año, para llegar finalmente al calendario gregoriano en 1710. Así pues, se quitó un día del calendario en 1700, pero no se hizo ninguna reducción más (por motivos desconocidos), con lo que el llamado calendario sueco se adelantaba por un día al calendario juliano, pero aún tenía diez días de retraso con respecto al gregoriano. Esta curiosa situación terminó cuando, en 1712, hubo dos días bisiestos, con lo que ese año tuvo un 30 de febrero. Ese día corresponde al 29 de febrero del calendario juliano y al 11 de marzo del gregoriano. Al final, Suecia adoptó el calendario gregoriano en 1753.
En la imagen de la derecha, correspondiente a un fragmento de calendario sueco de 1702, se puede ver el mes de febrero con 30 días. Arriba a la derecia se aprecia que pone «Februarius«.