Procesos judiciales contra animales
Desde la baja Edad Media hasta bien entrado el 1700, era común en los estrados judiciales de Europa, juzgar públicamente a los animales que habían cometido algún “delito”. El animal autor del delito, ya fuese buey, asno, cerdo o caballo, era detenido, encarcelado y juzgado con todas las formalidades. Se les emplazaba y trasladaba ante el tribunal y se les asignaba un abogado defensor, lógicamente de oficio. Muchos de ellos fueron condenados a la pena capital, otros fueron castigados públicamente para «dar ejemplo» (¿a los demás animales?) o sufrieron espantosas mutilaciones ordenadas por los jueces…
Aunque no eran nuevos, los procesos a los animales se acrecentaron durante la Edad Media. Aquí, te contamos algunos de aquellos casos:
El día 10 de enero de 1457 se administraba justicia en los tribunales de Savigny según los siguientes hechos: “El martes antes de Navidad, últimamente pasado, una cerda y sus seis lechones, al presente presos, fueron cogidos en flagrante delito de asesinato y homicidio en la persona de Juan Martín…”
El juez dictó sentencia definitiva de este modo: “Decimos y pronunciamos que la cerda, por razón de asesinato y homicidio por ella cometido y perpetrado en la persona de Juan Martín, sea confiscada para ser castigada y condenada al último suplicio, y ser colgada de las patas traseras de un árbol……respecto a los lechones de la dicha cerda, por cuanto no está probado que comieran del dicho Juan Martín, nos contentamos con devolverlos a su dueño, mediante caución de devolverlos si resulta que comieron de dicho Juan Martín.”
La desdichada cerda, conducida por una carretera, fue inmediatamente ejecutada en cumplimiento de la sentencia. Desconocemos si, como se documenta en otros casos, se reunió a todos los cerdos del pueblo para que presenciaran la ejecución, como ejemplo del castigo que les esperaría por actos similares.
1534. El perro ereje. Un mastín portugués es condenado a la hoguera por ladrarle ferozmente a la imagen de San José en una procesión. El perro desobedece las órdenes de callarse que le da el mismo arzobispo, y es considerado un herético.
1613.Un monstruo. En un pozo de Montoiron, Francia, aparecen “restos de un bebé mitad cerdo y mitad humano”. La autoridad local acusa a un campesino de ser el padre de la criatura, junto a su cerda, y los manda a los dos a la hoguera.
1519. Ratones ladrones y bandálicos. Una sentencia condenó a unos ratones campestres, culpables de comerse una cosecha, a “desalojar los campos y los prados de la aldea de Glurns dentro de un plazo improrrogable de catorce días, quedándoles vedado el regreso a perpetuidad…”
Una plaga de ratones estaban arrasando los cultivos de Glurns (hoy Suiza) y los campesinos ya no sabían qué hacer. Desesperados, decidieron recurrir a la justicia y denunciaron a los ratones. El juez del pueblo, fijó el día del juicio para el 28 de octubre y nombró un abogado defensor. Lógicamente, se celebró el juicio en ausencia de los ratones… que fueron acusados de destrozar las cosechas de los demandantes.
Sin embargo, lo más curioso de la sentencia es que se mostraba cierta indulgencia con algunos de esos ratones condenados, en consonancia con la práctica judicial de aquella época, que confería a las mujeres embarazadas y a los niños determinados privilegios. Así continúa la sentencia: “…en el caso de que algunas hembras entre dichos animales se hallasen preñadas, o fuesen incapaces de emprender el viaje por su corta edad, para dichos animales se asegurará protección durante otros catorce días.”
Si obedecieron o no la orden de expulsión lo ignoramos
Gatos blasfemos. Los gatos que cazaban ratones en domingo eran ahorcados por los católicos. Por su parte, los protestantes, colgaban a los gatos por ser católicos.
Existen cientos de casos documentados sobre el procesamiento judicial y formal de animales. Fueron mártires por razones políticas, religiosas o puramente morales. Muchos fueron acusados de brujería (especialmente los gatos) pero, exceptuando a estos últimos, ¿por qué se les enjuiciaba y condenaba? ¿Se les creía acaso responsables de sus actos?