Si pensamos en cubismo, probablemente el primer nombre que se nos venga a la cabeza es Pablo Picasso; el pintor español desarrolló, junto con otros artistas, un movimiento artístico que rompiera con lo tradicional.
En el mundo del tatuaje, el dibujo es realmente importante para muchos, buscando realismo y una representación casi exacta. Sin embargo, del mismo modo que la pintura ha ido evolucionando a lo largo de los siglos, también lo ha hecho esta técnica milenaria.
Hoy en día hay artistas del tatuaje que se especializan en old school, realismo, fotorrealismo, japoneses, new school… sin embargo, hay otros que rompen con lo establecido y, del mismo modo que lo hizo Picasso, implementan el cubismo en sus obras sobre la piel.
Uno de estos ejemplos es Mike Boyd; el artista británico se ha especializado en el cubismo para realizar sus obras: «me encanta la extraña yuxtaposición de ángulos y colores, y que a pesar de ello sea reconocible».
El tatuador ve en los viajes una forma de inspirarse y de seguir evolucionando su técnica: «quiero ver lo máximo que pueda, y desarrollar mis tatuajes hacia nuevas maneras que me darán una ventaja en esta industria tan competitiva. Viajar es de vital importancia, no se puede estar quieto hoy en día».
Entre sus obras no solo hay creaciones propias; además de ideas originales, también se ha atrevido a hacer, dentro de este particular estilo, retratos de personajes famosos como David Bowie, Amy Winehouse o R2D2 y C3PO, de la saga Star Wars.
