El nacimiento de la corbata data del siglo XVII, con los mercenarios croatas que entran en el ejército francés. Estos tradicionalmente añaden a su traje de batalla un pedazo de tela blanca, el “hrvatska” (que en croata significa Croacia); que anudan en forma de “rosa” al cuello dejando colgar las puntas sobre el pecho. La croatta hizo mella en estilo francés, quién la adoptó y pasó a llamar cravate, para después difundirla por todo el mundo.
Hacia finales de siglo se impuso la moda de anudar la cravate (o corbata) al cuello, con las puntas enhebradas en un ojal o broche. Durante la revolución francesa, esta se volvió un status-symbol, con valor incluso político, ya que los revolucionarios se distinguían con una corbata negra, y los contrarrevolucionarios la llevaban blanca.
