Madame D’ora fue la primera mujer fotógrafa dedicada a la moda
Hay personas que son extemporáneas y que de algún modo, se adelantaron a su tiempo. Finalmente muchas querían imitarlas. Un claro ejemplo es el de Madame D’ora, que fue la primera fotógrafa mujer en retratar la moda entre los años 1920 y 1930. Una época en la que fotografiar un desnudo era extremadamente escandaloso.
Madame D’ora fue una fotógrafa prolífica de moda
Madame D’ora nació como Dora Philippine Kallmus el 20 de marzo de 1881 en Viena, Suiza. Se interesó desde joven en la fotografía, en 1905 fue la primera mujer aceptada en la Asociación de Fotógrafos Austríacos. También fue la primera mujer a la que se le permitió el estudio de teoría fotográfica en 1908.
La obra de Madame D’ora, que incluye los trabajos en Viena durante principios del siglo XX y París en los 20 y 30, es la más prolífica de la historia. Toda la alta sociedad y la élite de artistas de la época se hicieron un retrato hecho por Madame D’ora.
Coco Chanel, Picasso, Colette, Elsa Schiaparelli y su famoso terrier de pelo duro, Josephine Baker y muchos más, posaron para ella. Amiga personal de Cristóbal Balenciaga, fue una de las últimas en tomar su retrato. Trabajó en las más excepcionales revistas de moda como Vogue, Tatler, Vanity Fair y L’Officiel. Sus retratos dieron varias veces la vuelta al mundo. Tal era su fama que en 1916 se le pidió que sea la fotógrafa oficial en la coronación del kaiser Karl, asumiendo la monarquía de Hungría.
Sus inicios como fotógrafa
Comenzó su pasión por la fotografía durante un paseo circunstancial por la Costa Azul, donde adquirió una cámara Kodak. Aunque la fotografía, como otras profesiones en esa época estaba reservada a los hombres, Madame D’ora se resistía a tomar la fotografía como un simple hobby.
Su estilo desinhibido, pero elegante, moderno, libre y transgresor, le dio la posibilidad de ingresar a la élite social de Europa. Abrió su estudio en París en 1925 y fue de los más famosos y requeridos de la época. Las personas de la alta sociedad europea deseaban tener un retrato hecho por ella.
La Segunda Guerra Mundial afectó su vida
Aunque la vida de Madame D’ora también tuvo su lado trágico y se ve en sus retratos a partir de la Segunda Guerra Mundial. Cuando en 1940 los nazis toman posesión de París, Madame D’ora, por su condición de judía, debió cerrar su estudio. Durante el resto de la guerra vivió oculta en Ardeche, en el sur de Francia, mientras que su hermana Anna fue víctima fatal, junto a otros familiares y amigos comunes, del campo de concentración de Chelmno.
A partir de 1948 la obra de D’ora ya no tiene el glamour de antaño, sino el sufrimiento de los refugiados y los mataderos. Las Naciones Unidas la comisionaron para retratar los horrores que dejó la guerra. Gente mayor enferma y desnutrida, niños huérfanos indefensos y los sobrevivientes de la comunidad judía fueron sus “modelos”. Sus magníficas fotografías retratan las miserias y lo perturbador que resultó la guerra. El 28 de octubre de 1963 murió en su casa familiar, que había sido confiscada por los nazis, en Frohnleiten, Austria.