Los hongos eran considerados sagrados por los aztecas
En su lengua etimológicamente proviene de las voces teotl, «Dios», y nanacatl, de nacatl, «alimento».
Algunas referencias históricas los describen como medicinales contra la fiebre y la gota. Un médico del Nuevo Mundo, describió tres tipos: unos que provocaban ataques de risa incontrolable (teyhuintli), los que provocaban imágenes de todo tipo, «como guerras e imágenes de demonios», y los preferidos por los príncipes para sus fiestas y banquetes, quienes los «procuran en vigilias imponentes y terribles que duran toda la noche».
En México existen 24 hongos con propiedades alucinógenas, pero para los investigadores, los hongos más consumidos por los aztecas pudieron ser el Psilocybe mexicana (Pajarito), Psilocybe aztecorum (Niño de las Aguas), Psilocybe zapotecorum (Hongo de la Corona de Cristo)…, todos con efectos según la carga de alcaloides derivados de triptaminas, psilocibina y psilocina.
Algunos de esta lista eran utilizados para invocar a los dioses, hablar con los muertos o predecir el futuro. El conocido como Niño de las Aguas tenía efectos meramente alucinógenos.
La gran existencia de los hongos generalmente se registra en la Ciudad de México, Morelos, Puebla y Oaxaca.