No sólo La Bella Durmiente, Blancanieves o la Cenicienta, tienen finales distintos de los que siempre nos han hecho creer.
Pinocho, Tarzán o La Sirenita, tampoco reflejaron en el cine la historia con la que fueron escritos.
El final de Pinocho es como todos los finales que Disney nos ofrece, feliz. Sin embargo, la historia de Pinocho no acaba tan bien en su historia original. Pinocho se convierte en burro y un músico intenta comprarlo para hacerse un nuevo tambor con su piel. Finalmente, el niño de madera muere.
Tarzán finaliza su historia de Disney con Jane a su lado viviendo felices en la selva. Pero su verdadero final no era ése. Jane abandona a Tarzán para no volver con él y para ello, viaja a América, donde se casa con otro hombre. Pasado un tiempo, ambos se encuentran y se declaran su amor, pero Jane le confiesa que ha contraído matrimonio con un hombre.
En la Sirenita, Ariel acaba casada con el príncipe del que siempre había estado enamorada, pero el final de verdad es completamente diferente. Eric planea casarse con otra mujer que no es Ariel, y cuando ésta se entera, pierde sus piernas y se convierte en espuma de mar, ya que si no conseguía casarse con el príncipe, era lo que el hechizo destinaba.
