La verdadera historia del Conde Drácula
El escritor irlandés, Bram Stoker, se inspiró en el príncipe de Vlad III, más conocido como Vlad ‘El Empalador’, para crear el personaje ficticio de El Conde Drácula. Un príncipe cruel y sanguinario que dedicó su vida a impedir la extensión del Imperio Otomano.
Su leyenda negra se forjó en torno a los castigos que imponía a sus enemigos y traidores. Su apodo, ‘El Empalador’, se debía a la técnica que utilizaba para castigar, el empalamiento. Consistía en introducir un palo de aproximadamente 3,50 m de longitud por el recto, fijarlo a la carne con un clavo y después levantarlo para que la víctima muriese lentamente. Supuestamente entre 40.000 y 100.000 personas murieron de esta manera a manos de los hombres del príncipe.
Además del empalamiento, otros métodos de tortura usados por el príncipe de Valaquia (Rumanía) eran la amputación de miembros, nariz y orejas, la extracción de ojos con ganchos, el estrangulamiento, la hoguera, la castración, el desollamiento, la exposición a los elementos o a fieras salvajes, la parrilla y la lenta destrucción de pechos y genitales, especialmente de las mujeres.
Otra de sus terribles actuaciones fue su manera de “eliminar la pobreza” en su reino. Organizó un festín en una casa a las afueras de la ciudad e invitó a mendigos, leprosos, enfermos y ladrones. Al terminar la velada prendió fuego a la casa.
Vlad, fue hijo del príncipe de Valaquia Vlad Dracul, apodado ‘El Diablo’. De ahí proviene el nombre de Drácula, que significa hijo de Drácul, es decir ‘Hijo del Diablo’.