La tribu obesa de los bodi: El más gordo es elegido rey
El valle del río Omo, en Etiopía (África Oriental), reconocido como uno de los lugares más salvajes de África, alberga una comunidad de culturas ancestrales que perduran con una increíble impermeabilidad al mundo moderno. Viven hasta 50 tribus diferentes ancladas en modos de vida ancestrales. Motivo por el que esa región del planeta ha sido declarada por la UNESCO Patrimonio Cultural de la Humanidad. De todas estas tribus los bodi destacan especialmente por su curioso aspecto físico.
En líneas generales, los varones de todas las tribus del valle del Omo son esbeltos, fibrosos y musculados, en cambio los hombres bodi destacan por su obesidad. En esta peculiar tribu la grasa corporal es considerada un rasgo venerable. De hecho con la llegada del mes de junio escogen al miembro más destacado de la tribu. Que no será el más fuerte ni el más inteligente, sino el más gordo.
Por eso, durante un período que varía entre tres y seis meses, siguen una dieta hipercalórica, a base de sangre de vaca mezclada con leche, que les hace duplicar, y en algunos casos hasta triplicar, su peso corporal.
Cuando llega el día señalado para la elección del nuevo soberano, la aldea se convierte en un festival. Todo comienza con una fiesta en la que los hombres bailan moviendo sus carnes. Luego, son exhibidos, se les mide la circunferencia del abdomen y se les pesa cuidadosamente. El vencedor, además de ser proclamado rey por un día, será recompensado con la mano de la doncella más bella de la tribu (curiosamente fina, delgada y de aspecto muy delicado).
Los bodi, a diferencia de la mayoría de sus tribus vecinas, no son, ni cazadores, ni guerreros. Por tanto, no necesitan un cuerpo esbelto y atlético para conseguir el sustento diario. Estar gordo es un símbolo de estatus, de que se poseen muchas vacas y de que hay capacidad para alimentar a la familia. Por eso, el hombre más obeso es codiciado. Se le considera el más poderoso.
Como curiosidad final, apuntar que las tribus del Valle del Olmo, son conocidas por un marcado sentido de la estética. Son famosas las fotografías de Hans Silvester en su libro Natural Fashion: Tribal Decoration from Africa, donde se muestran las increibles decoraciones corporales hechas tan solo con pinturas naturales y sus propias manos. En muchas de estás imágenes acompañan sus maquillajes con adornos y tocados fabricados con todo tipo de materiales. Todo un ejemplo de arte sin más medios que los que ofrece la naturaleza.