La sequía descubre nuevas ruinas
Irak y Siria
Hay en aquella zona una larga sequía. Es cierto que una calamidad climática, pero tiene un lado bueno. La sequía descubre nuevas ruinas en las cuencas de los ríos Tigris y Éufrates. Sucede a su paso por Irak y Siria, las civilizaciones más antiguas del mundo.
La bajada del nivel de ríos y embalses deja al descubierto huellas del pasado. El descenso del caudal del Éufrates ha destapado en el norte de Siria varios sitios arqueológicos. Por ejemplo, cementerios de hace 11 milenios.
11 mil años
Entre estos sitios destaca el de la colina de Tel Qamluq. Allí surgieron varios yacimientos del tercer y el cuarto milenio antes de Cristo. Lo cuenta el director general de Antigüedades y Museos sirio, Mohamed Nazeer Awad. Tiene informes e imágenes de técnicos y arqueólogos de la región.
Con el retroceso del área inundada también ha surgido el sitio de Tel Meribet. Hay restos del noveno milenio antes de Cristo. Se construyó allí la primera muralla siria en la zona hace unos 11.000 años.
Más sorprendente es la ciudad que ha emergido en el Kurdistán iraquí, en las orillas. Se ampliaron por la escasez de agua, del embalse de la presa de Mosul. Es la ciudad de Zajiko, un importante centro cultural del antiguo reino de Mitani. Se desarrolló entre los años 1550 y 1350 antes de Cristo.
Zajiko aparecía mencionada en antiguos textos babilónicos. Pero se desconocía su ubicación exacta. Ahora descubrieron muchas partes de la ciudad. Edificios residenciales, un lugar para la fundición de metales, torres.
Sequía y excavaciones
La sequía descubre nuevas ruinas también otros restos. Hay múltiples muros de ladrillo, sellos, cerámica y textos cuneiformes. Apareció una sección de muros de un edificio con restos de su color original.
El nivel del embalse está permitiendo llevar a cabo nuevas excavaciones en el lugar. Las supervisa la Dirección de Antigüedades y Patrimonio kurdoiraquí en Dohuk. Y colaboran las universidades alemanas de Tubinga y Friburgo.