La primera fotografía de una persona
En 1838 se tomó la que se cree es la primera fotografía de una persona. La imagen muestra una calle muy concurrida (el Bulevar del Temple parisino). Sin embargo, debido al largo tiempo de exposición para impresionar la imagen -alrededor de quince minutos en las horas de máxima irradiación-, no aparece el tráfico u otros transeúntes, pues se mueven demasiado rápido. Las únicas excepciones son un hombre y un chiquillo que limpiaba sus botas, que permanecieron en la misma posición durante el tiempo que tardó la exposición del daguerrotipo.
Según la investigación de la historiadora Shelley Rice, el limpiabotas y su cliente son actores ubicados allí por Daguerre, inventor del daguerrotipo y autor de esta primera fotografía de una persona, quien previamente habría tomado otra fotografía del mismo lugar, notando la incapacidad de la técnica fotográfica de aquel momento para dejar registro de la intensa actividad humana de ese lugar.
Pero además del limpiabotas y el hombre, pueden apreciarse lo que parece una mujer con un carrito cerca del limpiabotas y una persona mirando por una ventana en edificio más cercano a la fotografía.