Glamour, alfombras rojas, premios…, a pesar de lo que parezca, ser actor, o mejor dicho, dedicarse al mundo de la interpretación no es nada fácil y al igual que otras profesiones no pasa por su mejor momento.
En el caso de España, sólo tres de cada 10 intérpretes vive de su profesión, según ha publicado el Estudio y diagnóstico sobre la situación sociolaboral de actores y bailarines de España, elaborado por la Fundación Aisge, Sociedad de Gestión de Derechos de Autor de directores de escena, dobladores, actores y bailarines.
El estudio, realizado a 1.201 personas entre actores, dobladores y bailares, asegura que el 72,9% de los actores españoles no puede vivir exclusivamente de los ingresos que percibe de su actividad. De hecho, el 55% no alcanza ni el salario mínimo interprofesional (645,30€ mensuales) y el 65% ni siquiera logra trabajar más allá de tres meses al año.
Según el estudio, de entre los trabajadores en paro en el momento de realizar la consulta, un 28% no recibía ningún tipo de prestación, y el 15% carecía de cualquier ingreso propio.
No es una novedad que este sector esté de horas bajas. Son numerosas las quejas por parte de asociaciones de actores, sindicatos, academias…, por la falta de ayudas –cada vez más reducidas- al sector. De hecho, los resultados del estudio revelan que «las incertidumbres propias» del oficio interpretativo «se han agravado sensiblemente» con la crisis económica, y los actores tienen «menos oportunidades» de trabajar y, cuando lo logran, suele ser «en peores condiciones» que en años precedentes.
Las condiciones laborales también se han visto afectadas: no se respetan los máximos de jornada del convenio de televisión en el 27% de los casos, y las cantidades percibidas por los trabajos artísticos en el 13% de los casos son inferiores «a los mínimos estipulados». Además, el 23% denuncia «problemas habituales» a la hora de conseguir que la empresa le inscriba de alta en la Seguridad Social, algo que el 7% «nunca» ha conseguido.
«Es evidente que las condiciones laborales son ahora más precarias que hace una década, y se aprecia al alza la figura del actor «kleenex», el intérprete novel, con escasa formación y experiencia, cuyo paso por el mundo artístico tiende a ser cada vez más pasajero”, denuncian los sindicatos y representantes de actores.
