Se encontró en el corazón de la Ciudad de México. Es un altar montado hace más de medio siglo. Lo hizo una familia mexica que sobrevivió a la conquista. Es la ofrenda azteca desenterrada en México, en plena ciudad.
Ritual como protesta
Lo hallaron arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). Fue en un predio aledaño a la Plaza Garibaldi. Es una ofrenda con restos óseos y 13 sahumadores. «Es muy simbólico por los 500 años de resistencia indígena». Lo dice Mara Abigail Becerra Amezcua, coordinadora de la institución.
Los investigadores creen que la ofrenda fue construida por indígenas mexicas. Este ritual prehispánico se hizo como un acto de protesta. Sucedió entre 1521 y 1610, es decir, pocos años después de la llegada de los españoles. Los ritos eran considerados paganos en ese tiempo.
Eso corresponde al antiguo barrio de Tezcatzonco. Actualmente es la Plaza Garibaldi. Es uno de los sitios más emblemáticos de México. Trabajan allí cientos de mariachis.
«Fue en honor a ese mundo que se desvanecía. Es un ritual que testimoniaba un fin ciclo de sus vidas. Y de su civilización», explica el INAH.
Restos óseos
«Estaba a poco más de cuatro metros de profundidad. La recubrían varias capas de adobes”, se lee en el comunicado del Gobierno de México.
El el altar consta de 13 sahumadores. Hay una copa para pulque, cinco cajetes, un plato y una olla de cuerpo globular. Hay cuatro vasijas a modo de tapa. En el interior de esta última se halló restos óseos cremados. Era una costumbre funeraria extendida en el mundo mesoamericano. Posiblemente de un niño.
La ofrenda azteca desenterrada en México es oportuna. El pasado prehispánico se ha convertido en uno de los ejes temáticos principales de la administración actual. El presidente Andrés Manuel López Obrador insiste en pedir al Rey de España que ofrezca disculpas por las «atrocidades» durante la Conquista.
