La Iglesia de Satán
Satanás es para algunos un ser real, la encarnación del mal, el príncipe de las tinieblas, el guardián del infierno, una criatura maléfica y degenerada del abuso moral y carnal… Según la creencia popular inculcada por el cristianismo, los satanistas optan por potenciar su lado malvado y oscuro, un objetivo alcanzado mediante las misas negras, rituales mágicos que conferirían a los adoradores de Satán el poder necesario para llevar a cabo sus propósitos perversos y despiadados.
¿Pero cuanto de verdad tiene esta creencia popular? Lo cierto es que existen muchas sectas satánicas que adoran y le rinden culto al diablo como deidad espiritual aunque para ellos, en la gran mayoría de los casos, el diablo no representa ni el bien ni el mal pues, en realidad, es una figura ambivalente y neutra de orígenes ancestrales que simboliza la sabiduría y las fuerzas de la naturaleza.
Actualmente sin embargo, el satanismo más extendido es el ateísta, aquel que no reverencia ninguna divinidad ni reconoce la existencia de Satán como ser sobrenatural. Los seguidores del satanismo ateísta, como su nombre indica, se proclaman ateos. Conciben la vida en el aquí y ahora y niegan la figura de Satán como una entidad real y descriptible, adorándose únicamente a ellos mismos.
Esta filosofía fue divulgada por Anton Szandor LaVey (el Papa Negro), considerado el padre del satanismo ateísta. En 1966 fundó una organización llamada la Iglesia de Satán, un espacio de encuentro y referencia para satanistas reconocido legalmente en los Estados Unidos.
La iglesia de LaVey reniega de los sacrificios y profanaciones que otros proclamados satánicos realizan, a los que acusa de ser tan estúpidos como los cristianos y jugar a su mismo juego, solo que del otro lado. A diferencia del pensamiento cristiano, el satanismo afirma que el bien y el mal son conceptos relativos, y que debemos tratar a los demás del mismo modo en que nos tratan a nosotros, defendiendo así la justicia y la venganza.
Los fundamentos ideológicos en los que se basa la Iglesia de Satán fueron recogidos en La Biblia Satánica, una obra de tipo filosófico escrita por el mismo LaVey y basada en las reflexiones de Friedrich Nietzsche, quien abogaba por el materialismo y el individualismo. El prólogo del libro LaVey menciona lo que el llama «afirmaciones satánicas», aspectos que, según el autor, explican el simbolismo de Satanás:
1. Satán representa complacencia, en lugar de abstinencia
2. Satán representa la existencia vital, en lugar de sueños espirituales
3. Satán representa la sabiduría perfecta, en lugar del autoengaño hipócrita
4. Satán representa amabilidad hacia quienes la merecen, en lugar del amor malgastado en ingratos
5. Satán representa la venganza, en lugar de ofrecer la otra mejilla
6. Satán representa responsabilidad para el responsable, en lugar de vampiros psíquicos
7. Satán representa al hombre como otro animal, algunas veces mejor, otras veces peor que aquellos que caminan en cuatro patas, el cual, por causa de su «divino desarrollo intelectual», se ha convertido en el animal más vicioso de todos
8. Satán representa todos los así llamados pecados, mientras lleven a la gratificación física, mental o emocional
9. Satán ha sido el mejor amigo que la iglesia siempre ha tenido, ya que la ha mantenido en el negocio durante todo este tiempo.
Los satanistas consideran pues a Satán como la representación de la inteligencia y la humanidad en la Tierra; aborrecen toda forma de hipocresía y conformismo; consideran que la felicidad real se logra a partir del propio desarrollo personal, el egoísmo y la satisfacción de los impulsos y no a partir de la abstinencia y la culpa. Además acusan al cristianismo de atemorizar, reprimir y no dejar pensar a millones de personas y claman en su lugar, rebeldía, vicio (como una condición natural del ser humano) y ambición.
El Satanismo defiende la libertad sin restricciones siempre y cuando las preferencias propias no violen las de otro. Además resalta la importancia de la propiedad privada, el individualismo, el orgullo, la justicia y el respeto a la integridad de los niños y animales, tal y como expone Lavey en las 11 reglas satánicas:
1. No des tu opinión o consejo a menos que te sea pedido.
2. No cuentes tus problemas a otros a menos que estés seguro que quieran oírlos.
3. Cuando estés en el hábitat de otra persona, muestra respeto o mejor no vayas allá.
4. Si un invitado en tu hogar de enfada, trátalo cruelmente y sin piedad.
5. No hagas avances sexuales a menos que te sea dada una señal de apareamiento.
6. No tomes lo que no te pertenece a menos que sea una carga para la otra persona y esté clamando por ser liberada.
7. Reconoce el poder de la magia si la has empleado exitosamente para obtener algo deseado. Si niegas el poder de la magia después de haber acudido a ella con éxito, perderás todo lo conseguido.
8. No te preocupes por algo que no tenga que ver contigo.
9. No hieras niños pequeños.
10. No mates animales no humanos a menos que seas atacado, o para alimento.
11. Cuando estés en territorio abierto, no molestes a nadie. Si alguien te molesta, pídele que pare. Si no lo hace, destrúyelo!
La Iglesia de Satán rechaza la piedad pues «es signo de debilidad». Los satanistas viven según el lema «la ley de la selva», una selva en la que aprenden a desenvolverse para tener una vida exitosa, porque «sólo los más fuertes sobreviven.»
Creen que el amor espiritual no es más que una farsa y que no debemos renunciar a satisfacer nuestros deseos lujuriosos, pues la lujuria «forma parte del ser humano». Declaran que la violencia debe resolverse con violencia y que el amor al prójimo es una irrealidad utópica.
A pesar de no adorar al diablo como un ser real, sobrenatural y perverso, no se puede negar que algunos de los valores satanistas llevados al extremo pueden desencadenar conductas peligrosas como, por ejemplo, el rechazo a la piedad o a la debilidad, la ley del más fuerte… Sin embargo también critican el conformismo y el borreguismo, animándonos a luchar por lo que queremos y a pensar por nosotros mismos, una filosofía que sin duda muchos podríamos aplicarnos…
Es posible que las malas interpretaciones respecto al movimiento satanista se deban a que la Iglesia de Satán tiene algunos toques oscuros que recuerdan al satanismo de la creencia popular, como la vestimenta ritual y el uso del Sigilo de Baphomet. Esta claro que toda esta parafernalia ha sido estudiada, medida y difundida con objetivo comercial y recaudador.