La expresión «¡Vete al carajo!» tiene orígen náutico
En los barcos, el «carajo«, es una especie de canasta puesta en el palo mayor, es decir, el más grande, también es donde se colocaban los vigías, dado que al ser el punto más alto del barco, es donde más se puede apreciar el horizonte.
Cada vez que un marinero cometía una infracción a bordo, era mandado al carajo a modo de castigo. ¿Porqué? Muy sencillo: el carajo era el lugar más expuesto a las inclemencias del tiempo, además, allí el vaivén provocado por las olas era más pronunciado, dejando al infeliz marinero mareado y sin ganas de cometer más infracciones.
Como para estos marineros, la frase «¡Vete al carajo!» era una frase muy desagradable de oír, se acuñó esta expresión.