El líder indio Mahatma Gandhi tenía un trauma sexual desde que su padre le obligó a casarse en un matrimonio de conveniencia cuando tenía apenas 13 años, en 1882. No llegó a ver a su esposa en la noche de bodas. En 1915 comenzó sus experimentos sexuales. Realizó un voto de castidad, y para comprobar su resistencia dormía y se bañana en compañía de adolescentes desnudas. A medida que pasaba el tiempo sus acompañantes tenían menos edad. Cuando su esposa murió comenzó a acostarse con dos chicas cada vez, e incluso con hombres. Su sobrina nieta Manu, de 18 años, fue la última de sus compañeras de cama. A veces sufría eyaculaciones involuntarias, y se sentía orgulloso de ellas al entender que «su mente se había liberado de sus pulsiones físicas, de las que ni siquiera era consciente».
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