Se disputaba uno de los últimos partidos de la liga griega y se enfrentaban el AEK Atenas y el Panthrakikos, los dos estaban en zonas de descenso y se podía mascar la tensión.
Lo que ocurrió en los últimos minutos de partido puede ser decisivo sobre si el AEK se mantiene en primera o desciende. Minuto 87, el equipo local perdía por 0-1 culpa de un autogol y los aficionados más violentos decidieron terminar el partido por sus propios medios y destrozar parte de las gradas. El partido fue suspendido de inmediato y lo más probable es que se concluya con un resultado igual al que estaba en ese momento, con lo que a falta de un partido por terminar, el equipo ateniense se hunde más en su propio charco hacia la segunda categoría.
El entrenador ha expresado el sentimiento del equipo disculpándose a los aficionados que mantuvieron la calma
