La llamaban “el terremoto de Meirás”, aunque también fue “la emperatriz de las letras”. Era una mujer adelantada a su tiempo, sin lugar a dudas. Se llamó Emilia Pardo Bazán y nació en La Coruña el 16 de septiembre de 1861. Hija de don José Pardo Bazán y Mosquera y de doña Amalia de la Rúa Figueroa y Somoza.
Emilia Pardo Bazán tuvo buena educación y comenzó a escribir desde muy joven
Por pertenecer a una familia aristócrata, la educación que recibió Emilia fue de excelencia. A pesar de que nació en una época dominada por hombres, su padre le abrió las puertas de su biblioteca, con anuencia de su madre. Allí Emilia tuvo contacto con lo más selecto de la literatura. Comenzó a escribir a los ocho años y a los quince ya tenía listo su primer cuento al que llamó “Un matrimonio del siglo XIX”.
A los 16, por medio de un matrimonio pactado por sus padres, contrajo matrimonio con José Quiroga y Pérez Desa, tres años mayor que ella. Fue en 1868 y el matrimonio se celebró en la capilla de la granja de Meirás, propiedad que pertenecía a sus padres.
En 1873, junto a sus padres realizó un viaje por Europa y comenzó a aprender idiomas. Emilia Pardo Bazán dominó varios idiomas. Deseaba leer a los autores más destacados en su propia lengua. Kant, Aristóteles, Descartes, Platón, entre muchos otros, fueron sus favoritos.
Vivió en Madrid y nunca dejó de relacionarse con los escritores más famosos de la época
Se estableció en Madrid después de fracasar en su matrimonio. A pesar de ello, se encargó de la crianza de sus tres hijos. Ya instalada, escribió una recopilación de cuentos llamada “La cuestión Palpitante”. La posición de su padre en la sociedad, le abrió las puertas de los salones de la aristocracia española de la época. Allí conoció a la élite de escritores más reconocidos, donde mantuvo encarnizados debates con muchos de ellos.
Fue criticada y víctima de burlas, pero su literatura le permitió ganar adeptos. Discutió y se peleó con casi todos los escritores más famosos de su tiempo, aunque tuvo incondicionales amigos de su parte. Emilio Castelar, Francisco Giner de los Ríos y también Benito Pérez Galdós que fue más que un amigo, ya que mantuvo una relación amorosa con él.
Por su amplia obra fue discutida y también premiada
Su obra es extensa, con títulos donde describió a una sociedad tal cual era, con todo aquello que la mayoría prefería no ver. Aunque fue una ferviente católica, fue tildada de atea por sus libros. Como ella misma decía, “qué diferente sería si me hubiese llamado Emilio”.
En 1908, el rey Alfonso XIII le concede el título de condesa de Pardo Bazán, en reconocimiento a la importancia de su obra literaria para España. Obtuvo muchos premios y tuvo el orgullo de ser la primera mujer catedrática en la Universidad Central.
Emilia Prado Bazán falleció hace poco más de 100 años, el 21 de mayo de 1921 en la ciudad de Madrid. Sus restos reposan en una cripta de la iglesia de la Concepción de Madrid. Siempre la recordarán en la sociedad española y el mundo literario, ya que fue un importante hito para la cultura.
