El Telstar 18, balón del Mundial de Rusia; ¿hay mejoría?
Cada cuatro años se disputa el trofeo más importante del fútbol: la Copa del Mundo. En cada edición se presenta un nuevo balón y, cada año, las quejas son variadas: el Fevernova del 2002 era demasiado ligero; el Teamgist se tambaleaba en el aire y despistaba a los porteros; o la velocidad del disparo no era constante, como el Jabulani del 2010.
Adidas diseña el balón del Mundial desde el año 1970, y según John Eric Goff, profesor de Física de la Universidad de Lynchburg, «cada vez están más cerca de conseguir la bola perfecta».
El Telstar 18, el diseño para Rusia, es lo más cercano a una esfera perfecta que se ha construido en un balón de fútbol. Y las 32 selecciones llevan probándolo desde noviembre, para conocerlo a tope hasta que finalice, el próximo 15 de julio. Pero su similitud en cuanto a técnica con el balón del 2014 ha hecho que muchos futbolistas se quejen.
El mismo experto quiso comprobar las propiedades de vuelo del Telstar 18 en un túnel de viento, debido a que los porteros han sido los más críticos con el diseño del balón (afirman que es inestable en su vuelo, algo que ya pasaba con el modelo del 2014), y dibujó una curva de arrastre para descubrir dónde subía y bajaba la bola en una trayectoria en el aire.
Cuando un objeto vuela por el aire, se enrolla un fino cojín aerodinámico que lo mantiene relativamente estable. A velocidades más lentas, el aire alrededor de una pelota de fútbol se mueve más suavemente sobre su superficie, y se separa de los lados de la pelota en sus puntos más anchos. A velocidades más altas, el aire se mueve turbulentamente a través de la superficie de la pelota, haciendo que tenga menos resistencia, hecho que hace que la bola se mueva a gran velocidad durante más tiempo.
En 2010, el Jabulani tenía una variación de flujo turbulento a uno laminar de entre 72 y 80 km/h, un hecho que causaba inestabilidad en la pelota, lo que provocaba muchos tambaleos en los disparos y pases en largo, afectando sobre todo a la caída del balón.
«Si hubiera visto la curva de resistencia para el Jabulani antes de la Copa del Mundo 2010, habría estado llamando a la FIFA y a Adidas diciendo que por favor no utilizaran esta pelota», afirma el físico. De hecho, parte de la victoria de España en el Mundial de Sudáfrica se debe a la pelota; según John Eric Goff, «la Selección Española basaba su juego casi por completo en pases cortos y precisos, sin pases largos, suprimiendo la inestabilidad del Jabulani». Sin embargo, no critica este hecho: «fue el ejemplo perfecto de cómo un equipo se ajustaba al estilo de juego de esa pelota», afirma.
Este año, la pelota no debería tener este tipo de impacto sobre qué equipo gana la Copa del Mundo; en las pruebas realizadas en el túnel del viento, el físico descubrió que el Telstar 18 tiene un perfil aerodinámico muy similar al del Brazuca del 2014, que volaba sin tambalearse tanto. El Brazuca tenía un 68% más de costuras que el Jabulani, para ayudar así a cambiar el flujo de aire alrededor del balón. El Telstar 18 tiene una velocidad de variación de 61 km/h, hecho que, además de la ubicación de las costuras y su longitud, hace que tenga una estabilidad mayor.
A pesar de las similitudes con el Brazuca, las pocas diferencias entre este balón y los balones que han utilizado en los últimos 4 años hará que algunos jugadores sí tengan que acostumbrarse en ciertas jugadas. Firoz Alamn, ingeniero de aerodinámica en el Instituto de Tecnología Real de Melbourne, en Australia, afirma que «cuando el jugador está haciendo un pase corto, tiene que realizar un poco más de fuerza, porque a menos de 60 kilómetros por hora, tiene más resistencia al aire que el Brazuca».
Sin embargo, en las pruebas de viento de Goff, notaron que el Telstar 18 tenía un poco más de resistencia a altas velocidades, y predicen que el balón irá de un 8 a un 9% menos de distancia en el campo en un balón en largo. Esto perjudica un poco más a equipos que van buscando jugar en largo desde su campo hasta territorio rival.
Por último, comparando con varios balones, Firoz Alamn y su equipo descubrieron que hay una diferencia sustancia en la forma en la que vuela un balón dependiendo de dónde se golpea en relación con las costuras. Sus pruebas encontraron que el Teslar 18 no tiene tanta variación, ya que tiene costuras más largas y paneles más simétricos, para que haya la misma cantidad de costuras expuestas a la aerodinámica.