El Ebru, arte sobre agua
Hoy en día, la gran mayoría de artistas se esfuerzan por encontrar nuevas formas originales de hacer sus pinturas. Con múltiples métodos, quieren explorar qué hay más allá de las tradicionales cerdas de los pinceles, y en cómo pueden expresar su arte de la forma que más les represente. Sin embargo, existen técnicas prácticamente desconocidas que son igual de novedosas. El Ebru es uno de los mejores ejemplos.
La pintura Ebru es un género distintivo del arte acuoso usado para producir trabajos casi hipnotizantes. Especialmente popular en Turquía y Asia Central, las pinturas Ebru se producen usando tintes, una solución a base de agua y un conjunto de herramientas únicas. Al igual que el grabado, el arte Ebru se crea mediante la transferencia de diseños, patrones y movimos sobre hojas de papel, tela y otros lienzos.
Debido a la estética rayada característica que tiene un producto ya terminado, la forma del Ebru también es conocida como «mármol de papel».
Para esta técnica, en primer lugar el artista mezcla agua con pigmento y kitre, una goma natural, para producir un tinte. El colorante se añade entonces al «lienzo», una solución de celulosa, y se utiliza un punzón para manipular los colores en diseños y patrones. Una vez que el artista ha completado la «pintura», se coloca cuidadosamente una hoja de papel encima del lienzo para transferir la imagen. Después de retirar la lámina del líquido, se deja secar.
Se cree que el Ebru data del siglo X, teniendo sus raíces en la actual Uzbekistán. Durante los siguientes años, la Ruta de la Seda lo llevó a Turquía, donde se convirtió en una práctica popular en el siglo XVI.
Hoy en día, el Ebru se considera una de las artes nacionales de Turquía, ya que los artistas del país y amantes del arte aprecian esta artesanía no solo por su belleza, sino por su rica historia y papel en la sociedad. «El conocimiento y las habilidades de los artistas, aprendices y practicantes de Ebru se transmiten oralmente y por medio de una capacitación práctica informal dentro de las relaciones maestro-aprendiz», afirma el sitio web de la UNESCO. «El Ebru fomenta el diálogo, refuerza los lazos sociales y fortalece las relaciones entre individuos y comunidades».