Henry Cavendish, el científico solitario y excéntrico
Descubrió la composición del agua
La leyenda cuenta que no le gustaba hablar con nadie. Les enviaba notas a sus sirvientas para mantener el mínimo contacto. Misógino y solitario, no hablaba con su familia. Se trata de Henry Cavendish, el científico solitario y excéntrico.
Se cree que su falta de interés social se debe a que padecía el síndrome de Asperger. Lo cierto es que en esa época -entre los años 1760 y 1810-, nadie comprendía a este extraño genio multimillonario.
Nació en 1731 en el seno de una de las familias más ricas de Inglaterra de ese momento.
Su padre, Lord Charles Cavendish, era el hijo menor del duque de Devonshire, miembro de la nobleza británica. Henry dejó los estudios debido a su extraña condición que no le hacía sentirse cómodo en ningún lugar. Entonces empezó a investigar en las áreas de las matemáticas, la física y la química. En 1773 heredó de su tío una fortuna de 1.200.000 libras esterlinas convirtiéndose en uno de los hombres más ricos de Reino Unido.
Los grandes descubrimientos
Uno los descubrimientos más notables de Henry Cavendish es el que se relaciona con la composición del agua, en 1766.
El científico tomó partículas del mineral zinc que luego mezcló con ácido clórico. Tras ello, comenzó a burbujear la solución generándose un gas al que llamó «aire inflamable» que hoy conocemos como hidrógeno.
La tarea de Cavendish no terminó allí: quiso saber cómo el hidrógeno reaccionaba con otros elementos, como el aire. Y… ¡eureka!, para su sorpresa la reacción química generó agua. Así, el científico inglés descubrió que el agua estaba compuesta de dos partes de hidrógeno y una parte de oxígeno, la reconocida fórmula H2O.
Su habilidad para observar el funcionamiento de la naturaleza lo llevó después, en 1789, a determinar la densidad de la Tierra y, por lo tanto, su peso. Esto fue conocido como el «Experimento Cavendish». Todos estos descubrimientos quedaron plasmados en sus informes. Muchos de ellos los envió al Royal Society Club de Londres (su única conexión con la sociedad), siendo inmediatamente reconocido.
Los descubrimientos desconocidos
Sin embargo, otros estudios los almacenó en su residencia, razón por la que muchísimos de sus inventos fueron reconocidos décadas después. Es el caso de la mayor parte de su trabajo relacionado con la electricidad.
La hoy conocida como Ley de Ohm -postulada por el físico y matemático alemán Georg Simon Ohm y que habla de la resistencia eléctrica-, en realidad fue descubierta también por Cavendish aunque esto se supo 100 años después, cuando sus escritos fueron publicados por el científico escocés James Clerk Maxwell.
En febrero de 1810, Henry Cavendish (por entonces de 79 años), fue víctima de una enfermedad que terminó con su vida.
Más de 200 años después, su legado sigue vivo. Algunos lo llaman el «padre de la física cuantitativa», mientras otros le dicen el «Newton de la química».
Como sea, este hombre incomprendido debido a su aversión a las mujeres y a su fobia social, es considerado actualmente uno de los científicos más brillantes (y extraños) en la historia de Reino Unido.
Y las investigaciones de Henry Cavendish, el científico solitario y excéntrico, que lo llevaron a descubrir algo tan importante como la composición del agua, siguen vigentes hasta el día de hoy.