Danakil: el infierno africano
Por la extrema dureza de su clima y la aridez de sus paisajes volcánicos, el desierto de Danakil, recibe el sobrenombre «El Infierno en la Tierra». De hecho, su principal atractivo radica, paradójicamente, en que es uno de los lugares más inhóspitos del planeta. Situado dentro de la depresión de Afar, en Etiopía, es uno de los puntos más calientes de la tierra, con temperaturas diurnas que alcanzan los 60 grados.
Un área donde brotan continuamente las aguas termales, poblada de cráteres, lagos de lava, depósitos de sal, fumerolas que emanan gases tóxicos, depresiones que alcanzan más de cien metros bajo el nivel del mar… es, además, el lugar más bajo del planeta, creado cuando la corteza de la Tierra colapsó y el agua la inundó, para luego evaporarse dejando enormes salares.
El desierto de Danakil ofrece paisajes de una belleza insólita, desde la blancura cegadora de sus lagos de sal hasta el intenso colorido de su zona volcánica. Los depósitos de sal y los líquidos ácidos que emanan de las entrañas de la tierra forman lagos de agua verde cargados de azufre y óxido de hierro, y tiñen el suelo de amarillo. Esta zona está ubicada donde confluyen las placas tectónicas arábiga y africana, una característica geológica que la convierte en una de las áreas volcánicas más activas del planeta, cuyo suelo se compone de lava, sobre todo de basalto.
Aunque parezca inhabitable este infernal lugar está poblado, desde hace más de mil años, por la etnia Afar, camellos y unos pocos escorpiones. La principal actividad de los Afar es la minería de sal. Extraen grandes bloques de sal, utilizando rudimentarias palancas hechas con grandes palos, los cortan en cuadrados lingotes y los cargan en los camellos.
Seguramente es uno de los trabajos más duros del mundo. Caminan descalzos y trabajan sobre un suelo ardiente más peligroso que las arenas movedizas, pues cuando se hunde un pie en el ácido sulfúrico inmediatamente toda la carne es consumida.
Por si fuera poco el desierto de Danakil está bajo control militar y sólo es posible acceder a él con un policía escolta. Así que visitarlo no es precisamente un paseo seguro y agradable. De hecho son muchos los que piensan que la mejor forma de visitar este inhóspito lugar es mirando fotografías.