Frederic Tudor es el “Rey del Hielo”, ya que se hizo multimillonario por su invento, las bebidas frías, con cubitos de hielo. Sin embargo, tardó casi veinte años en convencer a la nobleza caribeña, donde pensó en introducir el producto inicialmente, de que era un buen hábito agregar hielo a las bebidas.
Para ello, traía grandes bloques de hielo de Groenlandia, que se cortaban a mano con grandes sierras metálicas. Su fracaso inicial fue debido a que los lugareños de tan caluroso lugar no querían estropear el sabor de sus bebidas echándoles hielo, se reían del pobre hombre y lo llamaban loco.
Frederic se arruinó, llegando a estar incluso entre rejas. Pero no se dio por vencido, y trajo más y más cargamentos de hielo, ofreciendo muestras gratis e invitando a personajes ilustres a cenar, a quienes servía bebidas en vasos de cristal con los cubitos flotando dentro. Pese a la resistencia inicial de los invitados, estos poco a poco se iban acostumbrando y tomaban el hábito para siempre.
Tudor viajó por el país ofreciendo este original producto, convenciendo no sólo a dueños de bares del éxito del hielo, sino también enseñando a hacer helados caseros con él y convenciendo a algunos médicos de las posibilidades que ofrecía el producto para bajar la fiebre. Su negocio prosperó, el hábito se extendió por todo el mundo, y el rey de este monopolio se volvió multimillonario. Si hoy en día encontramos muy habitual tomar una bebida fresca en verano, es gracias a ese hombre.
