El cumpleaños se celebra desde hace más de cinco mil años. Es un ritual pagano que celebraban egipcios, babilonios, griegos, romanos, persas… Cada uno tenía su particular costumbre para ese día tan especial.
En Egipto, la realeza masculina organizaba grandes celebraciones por su aniversario de nacimiento, algo que no ocurría en la clase baja y que excluía también a las mujeres, excepto a la reina.
En Grecia, la costumbre era celebrar el cumpleaños en los clubes donde se reunían los ricos. Existía allí la creencia de que los griegos tenían un espíritu protector que estaba presente el día de su nacimiento. Las fiestas griegas se celebraban cada mes, es decir, doce fiestas al año, tanto para varones vivos como para muertos. En las clases bajas, solo celebraba el día de cumpleaños el cabeza de familia con un banquete.
Los romanos se sumaron a la iniciativa de celebrar una fiesta de cumpleaños, pero solo de los personajes más importantes, y se considerarían fiestas nacionales. Posteriormente, pasaron a celebrarlo también las élites masculinas y femeninas.
Con el paso del tiempo, estas fiestas dieron lugar a nuestra típica celebración con la tarta de cumpleaños, las velas y los regalos.
