Cráneos de niños usados como cascos funerarios
Milenarios rituales funerarios
La forma de despedir a los muertos varía de una cultura a otra. Desde el Día de los Muertos mexicano hasta los fastuosos rituales mortuorios del antiguo Egipto, hemos visto de todo. ¿O no? Ahora, en Salango, Ecuador, se hallaron vestigios de un macabro ritual funerario nunca antes visto. Fue en un yacimiento arqueológico. Eran cráneos de niños, que lucen a su vez cráneos de niños de mayor edad colocados a modo de cascos. Un cráneo dentro de otro.
Los investigadores son de la Universidad de Carolina del Norte en Charlotte y la Universidad Técnica de Manabí en Ecuador. Señalan que la cabeza humana a menudo era un símbolo poderoso para muchas culturas sudamericanas tempranas. Tal vez eso podría explicar lo que encontraron.
Tal y como publican en la revista Latin American Antiquity, encontraron y desenterraron los restos de 11 personas enterradas en el sitio de Salango hace aproximadamente 2.100 años. Las personas que vivían allí en ese momento se llamaban Guangala. Los investigadores también encontraron múltiples artefactos además de los huesos.
Los investigadores informan que entre los restos que encontraron había dos bebés. Cada uno con el cráneo de un niño mayor colocado sobre su cabeza, como un casco.
Se cree que uno de los bebés tenía aproximadamente 18 meses de edad al momento de la muerte. Su casco de cráneo provenía de un segundo niño que se creía que tenía aproximadamente de cuatro a 12 años al momento de la muerte. Todavía no se sabe si los niños fallecidos estaban relacionados entre sí. Ni la razón por la cual los cráneos se usaron como cascos para los bebés fallecidos. Los investigadores notaron que los cascos del cráneo se ajustan perfectamente. Esto podría indicar un entierro simultáneo del bebé y el niño que donó el casco del cráneo.
Los investigadores señalan que el hallazgo es algo único en el mundo. No hay otra instancia conocida del uso de cráneos de niños como cascos para bebés, como parte de una ceremonia de entierro. También señalan que era posible que quienes los enterraron intentaran conferir algún tipo de protección en el más allá.
También señalan otras posibilidades. Tal vez el bebé y el niño involucrado en la ceremonia fueran parte de un ritual destinado a calmar un volcán activo cercano. También sugieren que cualquiera de los jóvenes fallecidos podría haber muerto como consecuencia de la inanición o por las secuelas de una erupción volcánica.
Sea como fuere, los arqueólogos hallan fascinante la posibilidad de descubrir ritos funerarios totalmente nuevos. Cuando parecía que lo hemos visto todo. Es que así es la vida. Y la muerte.