¿Conoces la historia del falso Quijote?
«En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme…» Don Quijote de la Mancha es, con toda probabilidad, la obra literaria española más famosa de todos los tiempos. Fue escrita por Miguel de Cervantes, también considerado la máxima figura de la literatura española. Don Miguel publicó su obra el año 1605, donde se cuentan las dos primeras salidas de Alonso Quijano, autoproclamado caballero preso por la locura debido a la lectura de libros de caballería, y donde podemos leer el famosísimo encuentro con los molinos de viento. Don Quijote es, detrás de la Biblia, la obra más publicada y traducida de la historia.
Don Quijote de la Mancha gozó de un gran éxito y por eso Miguel de Cervantes decidió escribir su segunda parte. Pero, ¿sabías que tuvo que modificar su trayecto por culpa de una copia?
La primera parte del libro termina con don Quijote siendo llevado a su aldea natal, engañado por sus amigos creyendo que ha sido encantado. Cervantes dejó unas anotaciones en su primera parte acerca de lo que haría don Quijote en la segunda. Según el autor original, Quijote iría a Zaragoza a luchar en unos torneos, situación que aprovechó el plagiador.
El año 1614 apareció en Tarragona un libro llamado ‘Quijote de Avellaneda‘ (originalmente ‘Segundo tomo del ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha‘), del cual se desconoce su autor y que fue una continuación no escrita por Miguel de Cervantes que aprovechaba el itinerario escrito por el auténtico escritor en la primera parte. Se dice, que el prólogo y la novela fueron escritos por dos personas diferentes, ya que el autor del libro denota admiración por Miguel, mientras el prólogo es harto ofensivo contra el autor original.
Así pues un año después, en 1615, cuando Miguel de Cervantes publicó la segunda parte real de la obra, el fantástico novelista hubo de variar el trayecto inicial para diferenciar la obra real y la falsa. En esta segunda parte, Quijote parte hacia Barcelona, en un camino donde se encontrarán a grandes admiradores debido al gran éxito que tuvo la primera parte, como si de personajes reales se tratase.