California fue argentina durante una semana
California fue argentina durante una semana a manos de Hipólito Bouchard.
A diferencia de la actualidad, el estado de California no pertenecía en ese entonces a Estados Unidos, sino que se encontraba bajo el dominio español. Un dominio bastante escatimado en recursos, compuesto principalmente de misiones franciscanas, y grandes extensiones de haciendas españolas. Más allá de eso, el área solo era poblada por nativos.
La Argentina se encontraba en plena revolución, comenzada en 1810, y Bouchard probablemente era el pilar más representativo para las naciones extranjeras que eran instadas a reconocer la independencia criolla de la soberanía realista.
Hipólito Bouchard, de origen francés, había obtenido la patente de corso (derecho a realizar las actividades de corsario) en septiembre de 1815. El gobierno argentino le había concedido el derecho a saquear, hundir barcos enemigos y hacerse con una parte del botín. Llevó la bandera celeste y blanca a recorrer latitudes tan dispares como la India, Madagascar, Filipinas, Java, Borneo, Macasar, el archipiélago de la Sonda y el Mar de la China. Trató de hacer reconocer la independencia argentina en cada lugar, lográndolo por primera vez en la Isla de Hawai.
Una vez tomada la zona de Alta California, la noche del 24 de noviembre de 1818, un hawaiano cobrizo se dio a la tarea de de quitar la bandera española, e izar la argentina. Monterrey, capital de California, era ahora oficialmente de Argentina.
Durante la estadía de los enviados argentinos (en realidad muchos de ellos eran extranjeros), California sufrió los tormentos del saqueo. Se mato a los animales de ganado, se quemaron propiedades y violaron a las pocas mujeres que no habían evacuado la zona. Para fortuna de España, un ataque de este tipo no era improbable, por lo que todo el oro y dinero habían sido evacuados, dejando solo en manos del enemigo, una gran cantidad de licores como botín.
El aprovisionamiento y reparación de las naves con animales, comida y licor duró hasta el 29 del mismo mes, cuando las naves levaron anclas y enfilaron a su patria, con la tripulación en estado de total embriaguez. California fue recuperada rápidamente por los españoles, quienes se encontraban esperando el momento de la partida de Bouchard.
Así fue como durante una semana, la capital californiana perteneció a Argentina. Aunque el objetivo principal del corsario Bouchard (catalogado por muchos historiadores extranjeros como pirata) fuera el de amedrentar a las tropas españolas de California, fue capaz de tomar sin saberlo, el estado más poblado de los actuales Estados Unidos de Norteamérica, y uno de los más poderosos sobre la Tierra.