Barack Obama consiguió ganar el Grammy al mejor libro (hablado) por la versión en audio de ‘La audacia de la esperanza: reflexiones sobre como reclamar el sueño americano’.
Obama hizo pues de inmejorable pareja con la musa atormentada de la noche, Amy Winehouse, voz de negra, que ya nos lo anunciaba hace tiempo con su aclamado álbum: ‘Back to Black’.
Otro ex presidente, Jimmy Carter tambien compitió este año con ‘Domingo en la llanura: trayendo la paz a un mundo cambiante’. Pero el jurado de los Grammy lo vio demasiado claro: el presente es de Obama y de Amy, que se marcaron un dúo bastante más estrambótico y dinámico.
La marcha de los Grammy le va a durar a Obama hasta el martes o más allá, cuando voten en Virginia, Maryland y en Washington, esa ciudad descaradamente negra bajo el corazón tan blanco. En los oídos del candidato afromericano aún resuena la voz de Aretha Franklin, la reina del soul, cantándole aquello de ‘Young, gifted and black’ (‘Joven, con talento y negro’). La noche fue suya.
