¿Venus será el camino para llegar a Marte?
¿Alguien tiene dudas de que Marte será el próximo destino espacial? La NASA y varios países tienen el Planeta Rojo en la mira. Por eso evalúan la forma más rápida de llegar a él. Acostumbrados como estamos a la imagen plana de los planetas, uno pensaría en un viaje en línea recta. Pero el espacio es distinto a como se ve en una pantalla. Por eso se propone esta alternativa: Venus será el camino para llegar a Marte.
En esto influye la asistencia gravitatoria. Las naves se aprovechan del empuje proporcionado por los planetas para acelerar o detenerse. Las sondas Voyager se valieron de la gravedad de Júpiter y Saturno para acelerar y escapar del sistema solar.
Ahorro es progreso
El combustible de las naves espaciales es limitado. Mientras más grandes son, más combustible necesitan. «Los requisitos de combustible aumentan exponencialmente con la masa», escribe Jatan Mehta en «Medium.com».
La misión humana a Marte está programada teóricamente para mediados de la próxima década. Tendría años de duración. El reto es hacer una nave ligera que pueda satisfacer las necesidades de supervivencia. Y que no soporte aceleraciones letales (que las naves no tripuladas sí toleran).
Un grupo de científicos presentó una propuesta en la revista «Acta Astronautica». Dice que la misión deberá sobrevolar Venus para ejecutar una maniobra de asistencia gravitacional. Se puede aprovechar para investigar un poco más cerca a Venus.
Lo comenta en «Space.com» Noam Izenberg, geólogo planetario de la Universidad Johns Hopkins. «Un sobrevuelo a Venus en su ruta hacia o desde Marte» puede ser más rápido y barato. «Venus es la forma de ir a Marte», ha dicho en este mismo medio Kirby Runyon. Es científico planetario de la misma institución y firmante de la propuesta.
El camino largo y el camino corto
Para ir a Marte hay dos opciones. Diseñar una misión de conjunción, en la que Marte y la Tierra están alineados y a la mínima distancia. O una misión de oposición, en la que están en posiciones contrarias pero en la que Venus puede servir como acelerador para la nave. La gravedad de Venus permitiría ahorrar combustible, peso y costes. Una misión a Marte podría ser tan breve como un mes. El otro itinerario, por otra parte, obligaría a alargar la misión hasta un año y medio.
Recalar en Venus tiene la ventaja de que permitiría hacer ciencia. La superficie del planeta está a unos 400ºC. No habría descenso, sino operaciones robóticas dirigidas por astronautas en tiempo real. Sin el retraso de la señal y las limitaciones técnicas que supondría hacer algo así desde la Tierra.
En palabras de Runyon, «la tripulación sería capaz de controlar los rovers en la superficie y las naves en la atmósfera en tiempo real. Usarían equipos de realidad virtual y un joystick».
Todo esto podría ser mucho más que un sueño, puesto que la NASA está planeando una misión de dos años de duración. Que Venus será el camino para llegar a Marte es cada vez más un hecho probable.