Urano y Neptuno podrían tener lluvias de diamantes
Cuando se somete a las extremas presiones y temperaturas de otros planetas, incluso las sustancias más familiares pueden actuar de forma extraña. Por ejemplo: la lluvia de diamantes en los gigantes de hielo. Los científicos han creído durante mucho tiempo que los planetas masivos como Neptuno y Urano, que contienen núcleos rocosos relativamente pequeños cubiertos con un manto de agua, amoníaco y metano helado, rodeado de una atmósfera espesa, están sujetos, literalmente, a la lluvia de diamantes. Ahora han querido sintetizar el proceso en un laboratorio, mostrando cómo podrían ocurrir tales condiciones.
«Anteriormente, lo de los diamantes era solo una suposición«, afirma Dominik Kraus, científico del Herlmholtz Zentrum Dresden-Rossendorf y autor principal del estudio. «Cuando vi los resultados del experimento, fue uno de los mejores momentos de mi carrera científica».
A pesar de su nombre, los gigantes de hielo son tan calientes como el infierno. Vale, las temperaturas de la atmósfera superior rondan temperaturas bajo cero gracias a su lejanía respecto al Sol; pero a medida que te acercas al núcleo, la inmensa presión que aplasta el interior calienta las cosas a miles de grados. Estas temperaturas y presiones teóricamente podrían modificar el hidrógeno y el carbono para formar lluvias de diamantes a unos 8.000 kilómetros por debajo de la superficie exterior de la atmósfera.
Para replicar el proceso, los científicos tuvieron que simular las extremas condiciones del planeta. Utilizaron un láser intenso para enviar un par de ondas de choque superpuestas a través de polistrino, un plástico hecho de hidrógeno y carbono que puede simular el comportamiento de los compuestos de metano. Las ondas de choque crearon un breve momento de presión y calor comparable a la vida cotidiana en el interior del planeta.
«El tiempo experimental es muy corto, y que viéramos esta lluvia de diamantes de forma tan clara fue muy, muy sorprendente«, afirma el experto.
De hecho, se necesitó la ayuda de la fuente de rayos X más potente del planeta: el Linac Coherent Light Source o Fuente Coherente de Luz Linac, un rayo láser del Laboratorio Nacional de Aceleradores SLAC. Con ello, los átomos del carbono del plástico se separaron y formaron diamantes de unos pocos nanómetros de ancho (una milmillonésima parte de un metro).
Aunque este experimento produjo gemas diminutas, los investigadores creen que las condiciones más estables de Neptuno y Urano probablemente hagan piedras más grandes. Los diamantes pueden pasar miles de años creciendo para pesar millones de quilates, hundiéndose lentamente hacia el núcleo, a través de la atmósfera y el manto.
Las capas exteriores de los gigantes de hielo son tan gruesas que nuestras sondas aún no han podido descubrir qué sucede en el interior de estos planetas. Experimentos como este, aunque no son tan concluyentes como las investigaciones realizadas sobre el mismo planeta, ayudan a comprender el funcionamiento misterioso de estos mundos.