Una fórmula para el epitafio de la lápida de Stephen Hawking
La noticia científica de la semana ha sido, sin duda, el fallecimiento de Stephen Hawking el pasado 14 de marzo. Su producción científica fue increíble, y su trabajo para involucrar al público de a pie para comprender las complejidades del universo inspirará a muchísimas generaciones.
Su fórmula más famosa, que describe la entropía de un agujero negro, podría acompañarle para siempre en el epitafio de su lápida. En 2002, durante un taller sobre el futuro de la física teórica y la cosmología, afirmó sus deseos para tener esta fórmula escrita.
Dicha fórmula es la pieza central de nuestra comprensión de los agujeros negros y un logro supremo para Hawking. Conecta cantidades termodinámicas importantes como la entropía, representada por la S, con las propiedades físicas del agujero negro, es decir, su área, A. Las letras restantes son constantes del universo: k es la constante de Boltzmann, c es la velocidad de la luz, h es la constante de Planck reducida, y G es la constante de gravitación universal.
La entropía podría ser descrita como una medida del desorden dentro de un sistema macroscópico. Pero también se puede definir como la cantidad de información que puede empacar un objeto. Y esta es la importancia crucial de la fórmula; la entropía de un agujero negro es proporcional a su área de superficie, no a su volumen. La superficie del agujero negro es su horizonte de sucesos, más allá del cual nada puede escapar.
Comprender la termodinámica de los agujeros negros, aplicó la mecánica cuántica a estos objetos, increíblemente densos, y llevó a la propuesta de la famosa radiación de Hawking. Los agujeros negros tenían entropía y temperatura.
El propio Stephen amplió este trabajo a una interpretación más general y de gran alcance. Se podría ver que todo el universo tiene un «horizonte de sucesos cosmológico» que sugiere que el universo, en su conjunto, tiene un valor de entropía y temperatura determinada. Esta idea fue la base para la formulación del principio holográfico, lo que sugiere que toda la información codificada en el universo se puede interpretar a partir de las propiedades de un límite dimensional inferior.
Descansa en paz, genio.